Fabuloso. La carrera más larga del calendario nacional se definió en el último minuto, literalmente. De nada sirvieron estrategias, cálculos, ensayos de cambios de pilotos, hipótesis sobre la durabilidad de las cubiertas. A un minuto exacto de la bandera a cuadros, siete autos se apretaron en un pedacito de asfalto para acelerar por la gloria. Final frenético tuvo esta edición 2014 de los 200 Kilómetros de Buenos Aires, envueltos en la agitación de un domingo polémico. Finalmente, la victoria quedó en manos de los que mejor corrieron: Néstor Girolami, autor de la pole-position, y su amigo e invitado Mauro Giallombardo, a bordo de un 408, aunque en el equipo Peugeot la alegría no fue plena, ya que perdieron en ese cierre vibrante lo que pudo haber sido un 1-2 delicioso para la marca.

Girolami fue, inobjetablemente, el piloto más veloz del fin de semana. A su pole-position le agregó dos tramos conductivos rapidísimos, de la largada al giro 18, cuando acumuló 4s717 sobre el 408 de Rafael Morgenstern, el invitado de Agustín Canapino, una ventaja que se licuó con el primer ingreso del auto de seguridad, y luego, de la vuelta 21 a la 28 (en la que Morgenstern se detuvo en boxes para ser reemplazado por Canapino), amasando otros 6s239 de ventaja.

Canapino, hasta ayer el piloto de Peugeot mejor ubicado en el torneo, jugó su estrategia a definir la carrera en el cierre. Pero la detención en boxes (con el recambio del neumático delantero izquierdo incluido) le insumió casi 4 segundos más que a su compañero de equipo (32s711 contra 28s854) y durante varias vueltas anduvo enredado en el tráfico, hasta que en la vuelta 36 se cumplieron los cambios obligatorios de pilotos en todos los autos. Girolami se detuvo en el giro 34; cuando Giallombardo sacó el 408 a la pista, la ventaja sobre el otro Peugeot había aumentado a más de 14 segundos.

El arrecifeño contraatacó durante ocho vueltas y redujo la ventaja a 10s392, y pareció tener la victoria al alcance de la mano cuando la segunda neutralización de la carrera terminó disolviendo también esa ventaja. La bandera verde se mostró cuando sólo restaban 4m30s para cumplir el tope de los 75 minutos impuestos por la TV.

Resultó entonces un sprint a todo o nada y Giallombardo mostró autoridad para recuperar la punta después de haberla perdido un centenar de metros a manos de Canapino, en la vuelta 47. Peugeot no impartió órdenes de equipo y en la pelea cruda el arrecifeño perdió con sus dos coterráneos Norberto Fontana (Chevrolet) y Josito Di Palma (Renault), antes de ser embestido duramente por el Renault de Leonel Pernía, al que se le rompió una goma al fondo de la recta principal. Pernía había sostenido una dura lucha con Facundo Ardusso (Fiat) y allí se dañó el neumático; en cambio, Ardusso (cuyo compañero, el brasileño Carlos Bueno, se había caído en un momento de la carrera hasta la 13ª posición) le birló el tercer puesto final a Di Palma (cuyo auto había partido 12º en manos de Emiliano Spataro).

Indiscutible triunfo de Girolami (“el auto realmente volaba”) y Giallombardo (que se convierte en el único piloto en triunfar en dos ediciones de los 200 Kilómetros), quienes se quedaron con la Copa 110º Aniversario del ACA, aunque pudo haber sido más dulce para el equipo. “Estoy contento por la victoria, pero me queda un sabor amargo porque teníamos dos autos para subir al podio –apuntó Ulises Armellini, director de la escuadra–. No hubo órdenes de equipo y eso nos complicó, pero hay que disfrutar cuando esto, que es un gran negocio, le deja paso al deporte.”

A Fontana, que corrió con algunas líneas de fiebre (“tenía 38, pero cuando me subí al auto me olvidé de todo”), le pagó dividendos la cautela de su invitado Mariano Altuna, que se preocupó en el arranque (largaba sexto) por no castigar los neumáticos, de manera que él, en esas vueltas finales frenéticas, pudiera ganar dos puestos valiosísimos para mantenerse en la vanguardia del torneo.

La dupla Vivian-Menu penó con un problema en la dirección cuando el auto viajaba cuarto, a la expectativa, y el suizo lo trajo al final en la 14ª posición; los pibes Milla y Colombo Russell fueron del 13º al 5º lugar.

Con el Toyota Corolla que estrenaba, el campeón Matías Rossi se mantuvo cuarto durante más de media carrera, pero inconvenientes con la caja de cambio lo obligaron a abandonar cuando ya conducía su invitado Gabriel Ponce de León. Los puntos que perdió en los 200 Kilómetros prácticamente le arrebatan, a su juicio, la esperanza de defender el título.

La carrera

200 Kilómetros de Buenos Aires.

STC 2000, 6ª fecha, 50 vueltas

Promedio del ganador: 131,316 km/h.

Record de vuelta: Girolami, en la 7ª, 1m22s673, a 145,310 km/h.

Campeonato: Fontana, 116 puntos; Girolami, 106; Ardusso, 86; Canapino, Spataro, 81, Werner, 79.

Próxima carrera: 17 de agosto en escenario a confirmar.