AUTOMOVILISMO Y MOTORES › EL TC SORPRENDIO EN 9 DE JULIO
Un ganador inesperado para un campeonato muy apretado
El pibe Emanuel Moriatis, de 23 años y sólo 18 carreras en la categoría, consiguió su primera victoria, pero la atención está puesta en la lucha por el título, ahora que se cayó Ledesma y se acercan Bessone y Martínez.
Después de 18 carreras y sin siquiera estar cerca de visitar el podio reservado a los ganadores, el bonaerense Emanuel Moriatis se dio el gusto de ganar en 9 de Julio su primera competencia en el Turismo Carretera, tras una carrera que dejó el campeonato 2003 en estado incandescente.
Moriatis largó en punta, recorrió las 24 vueltas de carrera sin que alguien lo molestase en lo más mínimo, y cruzó la línea de sentencia con casi 5 segundos de ventaja sobre su escolta, el necochense Alejandro Occhionero.
“No lo puedo creer, esto es un sueño para mí. Es muy bueno ganar una carrera con una contundencia así, y más en una categoría como el TC”, señaló Moriatis. El piloto de Lanús corrió apenas 19 competencias en el TC, ya que la mayor parte de su campaña la desarrolló en el Turismo Nacional. “La idea era sacar una buena diferencia al principio, para no volverme loco al final. El auto era un cañón, iba terriblemente rápido. Sólo había que llevarlo”, manifestó el ganador.
Pero a Moriatis lo favoreció una situación anómala detrás suyo, que colaboró para que el piloto de Lanús sacara esa ventaja importante en el arranque de la carrera, y que luego regulara después.
Es que atrás suyo, Christian Ledesma, el puntero del campeonato y ganador de la tercera serie, parecía preferir una carrera muy conservadora, mientras Guillermo Ortelli, el dueño del auto más veloz de la clasificación –pero que había sido derrotado ampliamente por Moriatis en la primera serie– trataba de colarse.
La situación rimaba con lo inevitable, y el toque se produjo. Ortelli continuó toda la carrera con la trompa rota, y terminó décimo. Ledesma se fue de pista y, aunque se mantuvo entre los diez primeros, pocas vueltas antes del final se tocó con Eduardo Ramos y a partir de entonces sólo buscó llegar lo más atrás posible para descargar lastre con miras a la prueba de Buenos Aires.
Para entonces, cuando los dos pilotos insignia de Chevrolet se tocaban, Moriatis sacaba ventaja a razón de un segundo por vuelta. Cuando Occhionero superó a Ponce de León y salió en su búsqueda, comenzó a limar de a ocho décimas por vuelta, pero un rápido cálculo indicaba que ese descuento no cerraba con la cantidad de vueltas que restaban recorrer.
La pregunta quedará picando: ¿qué habría pasado si Ortelli hubiera ido a buscar la revancha de la serie? “¿El toque con Guillermo? Pregúntenle a él... Con Lalo no quería rozarme, pero no pudimos evitar la maniobra”, señaló Ledesma.
Esa mala performance de Ledesma, poco común tratándose del marplatense al que ahora dirige deportivamente Alberto Scarazzini, le sirvió a Ernesto Bessone y a Omar Martínez para acercarse en el campeonato. Bessone estaba para tener una jornada oscura, pero al final llegó octavo y ahora quedó a sólo dos puntos de Ledesma; el entrerriano fue quinto y se afirmó en la tercera posición del campeonato: es el piloto que más puntos sumó en el segundo cuarto del torneo, y después de un inicio vacilante se anota en la carrera por el título.
Ortelli, en cambio, se desbarranca en la tabla: pese a haber señalado la pole-position en las últimas tres carreras con su auto nuevo –Olavarría, Salta y 9 de Julio–, no ha podido concretar con actuaciones relevantes esos panoramas prometedores, y a siete carreras del final del torneo está a 17 puntos de Ledesma: no es tanto, pero no es la situación ideal para que el tetracampeón funde su anhelo de conquistar el quinto título.
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