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Nunca la Argentina tuvo una semana tan perfecta en Roland Garros. Cerró ayer con las victorias de Guillermo Coria, sin sudar, y Juan Ignacio Chela, tras un duro encuentro, que lograron así el pase a los cuartos de final de Roland Garros, el primer paso de la Legión Argentina para acaparar el cuadro de París. A ellos se sumó Paola Suárez, que también entró en cuartos, lo que obliga a desempolvar los libros de historia para comprobar los records que están saltando por los aires y que pueden seguir haciéndolo si hoy solventan con éxito sus compromisos Gastón Gaudio y David Nalbandian.
Si por primera vez en la historia cuatro argentinos entraron en octavos, los jugadores están dispuestos a repetir la hazaña del torneo de Hamburgo del año pasado, donde disputaron las semifinales Coria, Gaudio, Nalbandian y Agustín Calleri, y que terminó con victoria del primero.
“No es delirante pensar que podemos llegar los cuatro a las semifinales. Estamos jugando muy bien y todos nos respetan en esta superficie. Si llegamos los cuatro a las semifinales, los franceses se mueren”, manifestó Coria entre risas en la distendida conferencia de prensa que brindó tras su triunfo.
Coria, tercer favorito, no tuvo problemas para sumar su vigésima victoria del año, porque vio cómo su rival, el francés Nicolas Escudé, víctima de una tendinitis en el hombro, se marchaba de la cancha a los 26 minutos de juego y cuando ya había regalado 6-0 la primera manga. Estaba tan fresco Coria que al final del encuentro hizo gimnasia para no perder el ritmo, porque, según declaró, “a veces jugar tan poco puede ser negativo”.
El santafesino agradeció el paseo, que le permite guardar fuerzas y que lo convierte en el jugador con menos minutos en la cancha, ya que no ha cedido un solo set hasta el momento, algo que a estas alturas del torneo ningún otro argentino había hecho desde Guillermo Vilas en 1983. Si sigue tan firme, puede igualar la hazaña del sueco Björn Borg, el último que alzó el trofeo de los mosqueteros sin haber cedido ninguna manga.
“La verdad es que es espectacular que haya sido sólo un set. Me sorprendió cuando pidió ‘training’ a los diez minutos, en el 3-0 –comentó Coria tras el triunfo ante Escudé–. Creo que fue fundamental haberle quebrado todos sus saques, porque quizá si el partido venía más parejo, él seguía jugando, pero no le di chances de ningún tipo. Estuve muy iluminado.”
Cada día que pasa, Coria gana chapa de favorito y el escaso desgaste físico que ha hecho, con respecto a sus rivales, lo presenta como el rival más temible. Se enfrentará en cuartos con el español Carlos Moyá, quinto favorito, en un partido que para muchos observadores es una final adelantada.
El número 3 del mundo no ocultó sus ansias de enfrentarse con el español, al que derrotó este año en la final de Buenos Aires, aunque dejó claro que a esta altura del torneo “no se puede perder el respeto a nadie y hay que saltar a la pista pensando que podés perder”.
Moyá no se quedó atrás: “A la final de Buenos Aires llegué más con el corazón y con las ganas que con otra cosa, pues llegaba después de lesionarme el tobillo. Ese partido no me sirve mucho de referencia y no me preocupa, llegué allí para recuperar ritmo y no lo tomo como ejemplo”, recordó. “Este partido es distinto de todos, son los cuartos de final de un Grand Slam, estoy fresco y sin lesiones, pero él también. Me lo voy a tomar como si fuera una final.”
Con menos ruido y brillantez que Coria, Chela también alcanzó los cuartos de final, algo que no había logrado nunca. Ayer venció al francés Olivier Mutis 4-6, 6-2, 7-6 (7-5), 6-2, en un partido típico de polvo de ladrillo, en el que los dos contendientes jugaron desde el fondo de la pista, pero en el que al galo dejó muestras de su inexperiencia en partidos tan importantes. Chela se enfrentará ahora al británico Tim Henman, un hombre que no es especialista en esta superficie y que por primera vez jugará unos cuartos de final en Roland Garros. Lo mismo que Chela: “Es un momento muy especial, es la primera vez que llego a cuartos de final de un torneo de Grand Slam. Estoy feliz, este torneo es el mejor para mí. Pero sé que tengo poco tiempo para disfrutarlo, porque mañana ya tengo que empezar a pensar en el próximo partido, tampoco puedo relajarme –señaló–. Para mí es una buena ronda, porque aunque no hay partidos fáciles a estas alturas, no es un Coria, un Moyá o un Ferrero”, dijo Chela.
En el cuadro femenino, Suárez derrotó 6-4, 7-5 a la china Jie Zheng, una jugadora pequeña, pero que pega con una fuerza fuera de lo común, y enfrentará en la siguiente ronda a la juvenil rusa Maria Sharapova, de sólo 17 años. “Sabía que iba a ser un partido medio tensionado. Hubo muchos quiebres de saque en los dos sets. Pero a pesar de los nervios y de no haber jugado mi mejor tenis, seguí adelante. Por momentos ella le pegaba muy fuerte a la pelota. Hacía cambios de ritmo, de velocidad y me ponía incómoda”, señaló la jugadora de Pergamino.
“No estoy contenta con mi juego, pero sí con mi actitud”, dijo la argentina, “y mi objetivo es pasar a semifinales y colocarme entre las diez primeras”, añadió. Hasta ahora, seis argentinas habían logrado los cuartos de Roland Garros. La primera fue Raquel Giscafre en 1974 y 1975, luego Ivana Madruga en 1980 y 1983. Les siguieron Bettina Fulco en 1988, Gabriela Sabatini, que fue además semifinalista en 1985, 1987, 1988, 1991, y 1992; Inés Gorrochategui, cuartos en 1994, y la última, Clarisa Fernández el año pasado, tras salir de la clasificación.
La jornada de hoy, día feriado en Francia, comienza con el partido entre el brasileño Gustavo Kuerten y el español Feliciano López en el court central, mientras que el ruso Marat Safin enfrenta a David Nalbandian en el Suzanne Lenglen. A segunda hora se completan los otros partidos de octavos de final, con los duelos entre el joven ruso Igor Andreev y el argentino Gastón Gaudio en la primera de las canchas, y en la otra entre el australiano Lleyton Hewitt y el belga Xavier Malisse.