Estrella, capitán y cerebro del equipo de Copa Davis croata que Argentina enfrentará a partir del viernes en Zagreb, Ivan Ljubicic está convencido de que su equipo no es favorito y de que ambas escuadras tienen las mismas posibilidades de llevarse el pase a las semifinales del Grupo Mundial. ¿Puede perder Croacia? Ljubicic evita negarlo. “Es 50 y 50. Es una serie absolutamente abierta”, aseguró uno de los jugadores más inteligentes y reflexivos del circuito.

Derrotado 7-6, 7-6, 7-6 por el suizo Roger Federer en la final del quinto torneo más importante del mundo, Ljubicic batió en el camino a ese partido a Agustín Calleri, que se perfila como segundo singlista argentino en Copa Davis, y a David Nalbandian. El croata cree que eso no cambia nada y se entusiasma con el recuerdo de la serie que jugó en el 2002 en Buenos Aires: “Maradona vino a visitarnos al vestuario”.

–Batió en Miami a Calleri y a Nalbandian. ¿Es más sencilla ahora la serie?

–No creo que vaya a haber ningún partido fácil. La cancha es tan rápida que va a ser muy difícil quebrar saques. Agustín (Calleri) tiene un gran servicio, creo que José Acasuso también. Mario (Ancic) y yo también lo tenemos, y creo que la cancha es exactamente el tipo de superficie que le gusta a David (Nalbandian), porque es exactamente la misma que la del Masters. No veo ningún partido sencillo.

–¿Qué es lo más peligroso del equipo argentino?

–Nalbandian es definitivamente el jugador más fuerte de su país, va a jugar singles y dobles, y es capaz de ganar los tres puntos.

–¿Cómo se portará el público en Zagreb?

–A mí me gusta sentir al público. Y para ellos no va a ser sencillo, sin dudas, como no fue sencillo para nosotros en Buenos Aires. El público estará obviamente de nuestro lado. Buenos Aires tiene ciertas similitudes con el sur de Croacia, la zona cerca del mar. Split, por ejemplo. Zagreb es diferente, más de mentalidad austríaca o alemana. No sé si el fin de semana vendrá gente de otras partes del país, pero si el público es sólo de Zagreb, la atmósfera va a ser muy tranquila. A la gente de Zagreb le gusta mirar, no participar. No enloquecen como espectadores.

–¿Qué recuerda de la serie de Copa Davis del 2002 en Buenos Aires?

–Aquella Davis fue la mejor para Croacia como visitante, lo hablamos el otro día con Calleri. La manera en que nos trataron, la atmósfera en el estadio, todos cantaban, todos estaban felices... Fue cerrado, llegamos a estar 2-2 y (Ivo) Karlovic perdió el último partido con (Gastón) Gaudio. Me acuerdo de que Maradona vino a saludarnos en el vestuario, fue muy amable. Fue fantástico, el clima fue increíble, el fútbol... Fue lo mejor que nos tocó como visitantes.

–¿Puede perder Croacia?

–Es 50 y 50. Sí, sí, es una serie absolutamente abierta...

–Usted es el capitán y debe saberlo: ¿qué tan veloz es la superficie que se utilizará?

–No es tan rápida, es la misma cancha del torneo de Zagreb, que debe ser aprobada por la ATP. No es tan rápida, es indoor, del estilo de la de París-Bercy. A nadie le gusta una cancha tan rápida.

–¿Ni siquiera a usted?

–No, no... Quiero tener la posibilidad de devolver el servicio. Siempre digo que no se puede ganar un partido sólo con tu servicio.

–¿Qué cambió en el tenis de Croacia tras la conquista de la Davis en el 2005?

–Ahora la gente ve más tenis; los niños empiezan a tomar clases y el tenis es el segundo deporte del país tras el fútbol. Es muy bueno ver el entusiasmo que desató nuestro logro.

–¿Por qué renunció Ivo Karlovic al equipo?

–Decidió no jugar y es malo para nosotros, porque hay mucha presión sobre Mario y sobre mí para no lesionarnos. No tenemos un jugador de nivel para reemplazarnos.

–¿Cómo resiste ser jugador y capitán al mismo tiempo?

–Cuando Niki Pilic decidió dejar el equipo y Goran (Ivanisevic) no aceptó el cargo, pensé que yo era la mejor opción. Estuvo bien por uno o dos partidos, pero el esfuerzo es demasiado grande, especialmente fuera de la cancha. Tienes que hablar con la prensa, con la federación, representar a los jugadores... Creo que definitivamente será mi último partido como capitán.