El español Rafael Nadal avanzó ayer en forma convincente a los cuartos de final de un Abierto de tenis de Australia que vivió una noche de euforia con la victoria del ídolo local, Nick Kyrgios. Número tres del mundo, Nadal batió al sudafricano Kevin Anderson 7-5, 6-1 y 6-4 para instalarse en la ronda de los últimos ocho, donde mañana se medirá ante el checo Tomas Berdych, vencedor ayer del australiano Bernard Tomic por 6-2, 7-6 (3) y 6–2. Nadal derrotó a Berdych en sus últimos 17 partidos, por lo que su presencia en semifinales no parece improbable.

“Estar en los cuartos de final tras un período duro para mí es un fantástico resultado”, celebró el nueve veces campeón de Roland Garros, quien volvió a demostrar ayer que su tenis está en ascenso tras el problemático segundo semestre de lesiones que tuvo el año pasado. Nadal jugó mejor que en la tercera ronda ante Dudi Sela, un partido en el que ya había mostrado un buen nivel, en parte porque Anderson, 15º del ranking mundial, es mucho mejor jugador que el israelí.

El español, que estuvo a un paso de perder el primer set, corrió, pegó, atacó y pasó, dando una pauta de que su bajón físico en segunda ronda, en la que estuvo a punto de caer ante el estadounidense Tim Smyczek, es ya un asunto superado.

El verano es una ausencia en los últimos días en Melbourne, pero la temperatura subió unos cuantos grados con una noche para el recuerdo gracias al épico triunfo de Kyrgios. El australiano de 19 años se recuperó de una desventaja de dos sets a cero y de un match point en contra en el cuarto parcial para derrotar al italiano Andreas Seppi, 11 años mayor, por 5-7, 4-6, 6-3, 7-6 (5) y 8-6. Es la primera vez en diez años que un jugador local llega a la ronda de los últimos ocho en el Abierto de Australia.

“Se siente tan bien... Gracias”, dijo un feliz Kyrgios a los miles de aficionados que colmaron el Hisense Arena, el tercer escenario en importancia en el complejo de Melbourne Park y una verdadera caldera ayer: la organización facilitó al acceso con entradas baratas y generó un ambiente de campo de fútbol para apoyar a Kyrgios. “Este es mi estadio favorito”, dijo Kyrgios al público, que recibió sus palabras con una ovación. “El tenía mucha confianza, venía de vencer a Roger”, recordó Kyrgios, en referencia al triunfo de Seppi sobre el suizo Roger Federer en la tercera ronda. El australiano, 53º del ranking mundial, ya fue cuartofinalista de Wimbledon en 2014, un torneo en el que logró un impactante triunfo sobre Nadal en la cancha central. Ayer aseguró no haber pasado nervios, ni siquiera cuando Seppi, 46º de la clasificación, dispuso de un match point sobre su servicio en 5-6. “Sabía que sólo tenía que lograr un gran saque para salir de eso y es lo que hice”, explicó Kyrgios, que buscará las semifinales ante el británico Andy Murray, quien en el último choque de la noche se impuso 6-4, 6-7 (5), 6-3 y 7-5 al búlgaro Grigor Dimitrov. El británico tiene bien claro quién es Kyrgios: “Peligroso, impredecible, divertido, un buen deportista, explosivo”, lo definió.

Entre las mujeres, el torneo tendrá un “choque de glamour” mañana con los cuartos de final que disputarán la rusa Maria Sharapova y la canadiense Eugenie Bouchard, dos de las jugadoras más populares y atractivas del circuito. Segunda preclasificada, Sharapova jugó ayer un tenis imponente para derrotar 6-3 y 6-0 a la china Peng Shuai, en tanto que Bouchard batió a la rumana Irina Camelia Begu 6-1, 5-7 y 6-2. En otros partidos jugados ayer, la rusa Ekaterina Makarova batió a la alemana Julia Görges 6-3 y 6-2 y la rumana Simona Halep se impuso 6-4 y 6-2 a la belga Yanina Wickmayer. Sharapova arrasó a Peng, número 22º del mundo, con 27 tiros ganadores en la quinta victoria en seis enfrentamientos entre ambas. “Peng siempre me generó problemas, le pega fuerte y plano a la pelota de ambos lados, es algo que no ves con mucha frecuencia. Jugar con ella es diferente”, analizó Sharapova, quien busca desplazar a la estadounidense Serena Williams del número uno del mundo.