Lun 01.09.2003
libero

VIOLENTOS INCIDENTES EN LA BOMBONERA: MAS DE 70 HERIDOS

Una banda descontrolada

Sobre la mitad del segundo tiempo del partido en el que Boca iba ganando por 2 a 0, los hinchas de Chacarita desataron la locura arrojando toda clase de proyectiles hacia los sectores donde estaban los hinchas locales. Un control abrió el acceso a las plateas a la barra brava local y ahí se generalizaron los bochornosos incidentes que dejaron un saldo de más de 70 heridos, uno de ellos de gravedad. La policía intervino tarde. Dijo Pompilio: “En el futuro, sólo entrarán los hinchas de Boca”. Demencial.

› Por Facundo Martínez

Lo que debió ser una fiesta deportiva, terminó convirtiéndose en una batalla campal entre hinchas de Chacarita y Boca, que dejó un saldo de 71 heridos, uno de gravedad, y obligó al árbitro Oscar Sequeira a suspender el partido. Los incidentes se dieron en dos etapas. Durante el primer tiempo, Sequeira paró el partido durante unos minutos luego de que uno de sus asistentes le informara lo que sucedía en la tercera bandeja que ocupaban los hinchas del conjunto de San Martín: hinchas violentos arrojaban objetos contundentes hacia la segunda bandeja de la popular que da al Riachuelo y que ocupaban los boquenses. Pero el problema no acabó ahí –como debieron suponer los encargados de la seguridad del evento, quienes luego fueron sorprendidos sin reacción frente a los hechos– y en el complemento la situación empeoró hasta convertirse en una penosa escena que combinaba idiotez y salvajismo.
Iban 62 minutos de juego y los violentos de Chacarita –club que preside, aunque con licencia, el gremialista y senador por Catamarca, Luis Barrionuevo– volvieron a dar el grito de guerra y una lluvia de caños, piedras, palos y maderas de los asientos volvió a caer sobre la popular boquense y sobre un sector de las plateas altas, lo que terminó provocando la respuesta de un sector de los barrabravas locales, quienes tras intentar derribar una puerta que separa la popular que ocupa La Doce de la platea media, contaron con la ayuda de un control del club que les allanó el camino y los dejó pasar para que en malón atravesaran longitudinalmente el estadio y concurrieran hasta el sector donde se producían los desmanes.
Pasaron los minutos y, lejos de disminuir, la violencia se intensificó. Tarde llegaron los pocos policías –no eran más de 30–, que a palazo limpio intentaron disuadir a la gente de Chacarita para que abandonara el codo del estadio desde donde producían sus ataques –el encargado del operativo fue el titular de la comisaría 24ª, Miguel Galíndez–. El sector se vació en algún momento, los hinchas de Chacarita retrocedieron y se reagruparon en la única bandeja popular que les había cedido Boca, y entonces comenzó una sorda lucha de los violentos contra las rejas que aíslan lateralmente el codo de las distintas parcialidades.
Por un lado, los violentos de Boca se aferraban a la reja, que les impedía ingresar al codo en cuestión, intentando derribarla. La estructura flameaba como una bandera, pero no cedía. A unos metros, lo mismo hacían los hinchas de Chacarita. Flameaban también los hierros de esa reja, aunque en este caso consiguieron desprender uno de los paneles para volver a ingresar al codo y acercarse así a los hinchas boquenses. Entonces la policía ingresó a la platea de los locales y obligó a los violentos a retroceder, alejándose de la lluvia de proyectiles que se había reanudado con el ingreso de los visitantes al codo.
Con el partido suspendido y los jugadores retirándose del campo de juego, quienes no participaban de los incidentes esperaban un mensaje claro sobre qué era lo que debían hacer: retirarse o esperar, demasiado simple. La indicación llegó también tarde, cuando ya casi no quedaban hinchas de Chacarita en las gradas (fue curioso que durante un buen rato la única puerta habilitada para la salida de la gente de Chacarita fuera una de las puertas de acceso al codo, la más cercana a la gente de Boca).
“Un total de 17 hinchas de Boca heridos, uno de ellos grave, están internados en el Argerich, y otros 54 fueron atendidos en la enfermería del club. Boca contrató a 450 policías para el operativo y deslinda totalmente sus responsabilidades por estos lamentables acontecimientos”, declaró el vicepresidente primero de Boca, Pedro Pompilio, quien recalcó que “en el futuro, los socios de Boca ocuparán la totalidad del estadio para evitar este tipo de episodios”. Como para despejar todas las dudas, el dirigente negó que los disturbios tuvieran connotaciones políticas por la candidatura a jefe de gobierno porteño del presidente de la entidad, Mauricio Macri. “Si fuera así, me parecería aberrante, por lo que lo descarto de plano. Esperamos que no sea así, porque de lo contrario estaríamos ante la parte más terrible de la política”, concluyó el dirigente, quien informó que los visitantes destrozaron las instalaciones del club a las que tuvieron acceso.

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