El cuerpo técnico que maneja a Guillermo Coria y que encabeza Alberto Mancini definirá recién hoy si el número cinco del ranking mundial se presentará a jugar su partido de octavos de final del Abierto de Estados Unidos que reparte más de 17 millones de dólares.
Coria tiene una contractura en el muslo izquierdo que ha evolucionado favorablemente en las últimas horas y, por ello, esperará hasta mañana para definir si se presentará ante el sueco Jonas Bjorkman.
“La verdad, si tengo que decidir ahora, mañana (por hoy) no juego el próximo partido”, señaló Coria cuando ayer fue al complejo de Flushing Meadows para hacerse revisar por los médicos de ATP.
El argentino, quien sintió la molestia durante el partido que le ganó el sábado al francés Gregory Carraz 7-5, 6-1 y 7-5, prefiere que la contractura no se convierta en desgarro ya que esa eventualidad lo dejaría prácticamente afuera de la semifinal de Copa Davis ante España en 20 días. “Estoy dolorido, estuve una hora haciéndome un tratamiento y el próximo paso es hacerme una resonancia magnética para ver la gravedad de la lesión”, explicó Coria.
El santafesino, número uno de la Argentina, agregó que “la contractura fuerte no es la primera vez que aparece, ya me había aparecido en Hamburgo, en el partido de semifinales con (Gastón) Gaudio, y antes de Roland Garros”.
Coria tiene la cabeza puesta en la serie ante España por la Copa Davis, que marcará su debut en esa competencia. “Quiero estar en la Davis porque no pude en la anterior (ante Rusia, no pudo presentarse por su problema en los callos del pie); quiero estar en España”, afirmó el santafesino, que explicó que prefirió no abandonar en el cotejo ante Carraz “porque estaba dos sets a cero; si no, me hubiera ido. Mientras jugaba pensaba en no hacer ningún esfuerzo que pudiera traerme un desgarro, pero quería ganar como fuera”.
El sábado, a última hora, después del partido que Coria le ganó con tanta dificultad a Carraz, Juan Ignacio Chela cayó eliminado 7-5, 7-5, 6-1 ante el español Juan Carlos Ferrero.