EN PARTIDO MEDIOCRE, LOS DE PELLEGRINI HICIERON POCO
River, cada vez más lejos
River había insinuado ante Independiente una reacción futbolera y anímica que no confirmó ante Banfield, un rival siempre de cuidado, que ayer jugó algo mejor. El equipo del ingeniero no encontró nunca el funcionamiento y se quedó sin Salas, lesionado ya en el primer tiempo. River tiene el panorama del Apertura muy complicado: está lejos.
› Por Adrián De Benedictis
Cuando parecía que River había encontrado los caminos para poder explotar la riqueza técnica que posee en su plantel, que se vio reflejado en la gran actuación ante Independiente, nuevamente el equipo volvió a confundir la ruta que lo deposite en el éxito. El actual campeón debió conformarse ayer con una igualdad sin goles ante Banfield, pero su nivel futbolístico padeció otra vez la falta de entendimiento entre varios de sus jugadores. El único triunfo en el torneo, en la primera fecha ante Chicago, ya comenzó a perderse en el tiempo, y las estrellas que arribaron no logran iluminar el futuro.
El recuerdo de la última visita de River al estadio de Banfield era inevitable. El 21 de octubre del año pasado, el equipo conducido por Manuel Pellegrini mostraba su peor cara para despedirse con una goleada (5-0) en contra, que no fue mayor porque los incidentes provocaron la suspensión de aquel encuentro. Por ello, el presente que atraviesa River atrajo la aparición de algunas sombras para este nuevo enfrentamiento. Encima, la semana agitada que vivió River en el plano interno –dos derrotas consecutivas de los titulares ante un combinado juvenil de inferiores– presagiaba una noche complicada en el Sur.
River presentó una sola variante respecto del equipo que empató ante Independiente: Ahumada ingresó en lugar del lesionado Pereyra, y el juvenil se terminó convirtiendo uno de los mejores jugadores del partido. Pero los problemas del visitante continuaron cuando Salas tuvo que dejar la cancha, a los 23 minutos del primer tiempo, por otro problema muscular. Hasta ese momento, River intentaba un poco más, pero carecía de profundidad, y Noce apenas le había tapado una opción a Cavenaghi. El resto fueron remates de media distancia sin mucha dirección.
Banfield mostraba mucho orden en defensa, y trataba de manejar la pelota para contener a las individualidades de su rival. De esa manera, Bilos se ubicaba como enlace, y combinaba criteriosamente con Bustos Montoya y Cervera, que era el delantero que más se retrasaba.
Lo más atractivo del partido se produjo en la segunda mitad. Primero, Mascherano remató alto desde afuera del área, a los nueve minutos, justo antes del ingreso de Pérez. El ex Boca tuvo la mejor chance para marcar, pero perdió en el duelo con Costanzo. Antes, Luis González definió afuera luego de una asistencia de Ludueña. Banfield lo volvió a perder cuando Costanzo controló un cabezazo de Cervera, y después el arquero pareció cometerle penal al propio Cervera, que se preparaba para definir. En el final, el travesaño impidió que un cabezazo de González le diera el triunfo a River, que hubiera sido muy exagerado.
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