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Lunes, 8 de abril de 2002

LAS AVENTURAS DE BERNASCONI, D’ACCORSO & CIA.

El extraño caso de ACE y las inferiores de Boca

Las divisiones menores suelen ser, coto de caza de intermediarios y afines ávidos. A veces, del riñón directivo de los mismos clubes surgen los nuevos empresarios especializados. Boca financió este año las actividades de ACE, empresa encargada de colocar en el exterior su “excedente” de jugadores no profesionalizables. Confusión de roles.

 Por Gustavo Veiga

Hace ya tiempo que las divisiones inferiores del fútbol argentino se convirtieron en un producto seductor que no requiere de publicidad para venderse. Dirigentes, empresarios, técnicos y padres de talentos precoces se relacionan en esta actividad con códigos asimilados del profesionalismo. Un caso no demasiado difundido es el que protagonizó la empresa ACE en Boca Juniors, donde manejó los pases de una considerable cantidad de jugadores formados en las divisiones inferiores. Lo curioso, según pudo verificar Líbero, es que un ex dirigente boquense, Lucio Bernasconi, se convirtió en el presidente de esa ignota compañía, la misma que en el último presupuesto del club tuvo asignada una partida de 180 mil pesos para su funcionamiento. ACE, que ya habría sido desmantelada, colocó en el exterior a varios juveniles con distinta fortuna mientras que su máximo exponente devino intermediario y representante, a tal punto que hoy se presenta como tal con el afán de ganar para sí nuevos mercados.
En el presupuesto de Boca correspondiente al ejercicio vigente, comprendido entre el 1º de julio de 2001 y el 30 de junio de este año, se destinaron 180 mil pesos a ACE, la firma que ubicó en países como Inglaterra, Suiza, México y Costa Rica a futbolistas surgidos de la cantera. En representación de la empresa, además de Bernasconi –quien en Boca presidió, en su momento, el fútbol amateur–, firmó contratos con instituciones extranjeras el director técnico Antonio D’Accorso, aquel que condujera con suerte diversa a varios equipos del Ascenso y de Primera División (en esta última categoría, con cierta continuidad hasta la década del ‘70).
Bernasconi, el presidente de ACE, era también vocal titular de la Comisión Directiva del club cuando se concretó la iniciativa comercial con la venia de Mauricio Macri. El 4 de julio del año pasado, Bernasconi firmó un “convenio de pasantías” por cinco temporadas con el club Deportivo Saprissa de Costa Rica, en el marco de una alianza de cooperación con la institución argentina. Mediante ese acuerdo, dos pibes surgidos del semillero boquense, Federico Piñata y Luciano González, fueron cedidos al equipo centroamericano.
En forma simultánea con este emprendimiento, D’Accorso intentó ser conchabado en el Saprissa como técnico de su Primera División, pero su vínculo laboral apenas duró 24 horas. Los costarricenses consultaron en Buenos Aires los antecedentes del entrenador y, rápidamente, dieron marcha atrás. Lo consideraron desactualizado y carente de referencias cercanas en el fútbol “grande” de la Argentina. Pese a todo, D’Accorso confesó que llevaba cuatro años ligado a Boca en el papel de asesor, como señal de su inserción en el ambiente.
Acaso haya sido esta función la que le permitió al director técnico firmar convenios de transferencias a nombre de ACE y aparecer junto a Bernasconi en cuanta operación similar realizaron el club o la empresa, indistintamente. Una de las últimas tuvo lugar en México en enero de este año. El diario La Jornada publicó detalles de la reunión que mantuvo el directivo en Cancún para conseguir el retorno de Alfredo Moreno, el delantero que ahora juega en China a cambio de un contrato de 300 mil dólares. Un dato de la cobertura periodística que tuvo el encuentro resulta peculiar. El cronista mexicano describió a Bernasconi como vicepresidente de Boca. ¿Acaso se presentó así o hubo un error involuntario en la información?
La creación de ACE motivó un pedido de informes elevado al presidente Macri en febrero último, mediante el que se solicitan datos tales como su carácter societario, el detalle de sus socios o accionistas, el objeto social de la empresa, su capital social, el nombre y apellido de los dirigentes que habrían integrado su directorio y el detalle de las operaciones efectuadas entre Boca y la sociedad comercial. En el club se dejó trascender extraoficialmente que ACE habría sido desmontada. El objetivo para el cual fuera creada –colocar en el exterior a jugadoressin cabida en los planteles boquenses–, si resultó productivo, hasta ahora no se notó.

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