SE ACERCAN LAS ELECCIONES EN BOCA Y EL INGENIERO SE HACE EL GIL: LA RE-REELECCION ESTA EN MARCHA
Macri no quiere que sepan que quiere
Por ahora, con los vices orgánicamente alineados, el oficialismo no tiene otra opción que la re-reelección de Mauricio Macri, sin otra contra aparente que la propia decisión de no competir mientras elabora el duelo municipal. Pero nadie le cree. Mientras le juntan las 10 mil adhesiones para “convencerlo”, la oposición junta fuerzas y avales para dar una pelea por ahora sin perspectivas.
› Por Gustavo Veiga
Mauricio Macri sigue en campaña, aunque intenta disimularlo por todos los medios a su alcance. Derrotado en la elección por la Jefatura de Gobierno porteño, sus hombres más afines juntan firmas para vitaminizar su candidatura a la presidencia de Boca por un tercer período consecutivo. Y, pese a que el acaudalado ingeniero niega sus aspiraciones, todos aquellos que hacen política en el club están convencidos de que se presentará otra vez. En ese escenario, ninguno de los oficialistas que lo acompañaron hasta hoy en sus dos mandatos se atrevió a asomar la cabeza para sucederlo. “Si se lanza, es imposible ganarle”, razona con cierta lógica Roberto Digón, el vicepresidente tercero y uno de los críticos que tiene Macri en la Comisión Directiva. Pero la re-reelección no es lo único que disuade a los postulantes. El otro motivo hay que encontrarlo en el artículo 63, inciso j, del estatuto xeneize: el que fija avales para cubrir el 10 por ciento del patrimonio neto de la institución, un lujo que sólo puede darse gente adinerada y que cuestionó hasta el Inadi. Sin embargo, cuando resta un poco más de dos meses para los comicios, aún no se fijó su fecha, sujeta como está a los vaivenes de un campeonato local programado a los tumbos y a la final de la Copa Intercontinental, prevista para el 14 de diciembre.
Mediante una nota fechada el 31 de julio, se puso en conocimiento de la Asamblea de Representantes del club que la elección debería ser entre el 30 de noviembre y el 21 de diciembre. No obstante, el 19 de septiembre, la Comisión Directiva propuso que el recambio de autoridades se efectuara entre el 30 de noviembre y el 7 de diciembre. Este achicamiento en los plazos guarda relación con la suspensión del torneo Apertura y los amistosos que disputó el equipo de Carlos Bianchi en el exterior. Y el día que tengan lugar los comicios no es un dato menor. Porque las chances de cualquier candidato oficialista –incluido Macri– se agigantan si el acto electoral coincide con un partido en la Bombonera y, por el contrario, decrecen un tanto si no hay fútbol.
El 10 de octubre será la asamblea para fijar la fecha y es muy factible que la oposición, liderada por las Agrupaciones La Bombonera (Pablo Abbatángelo) y A lo Boca (Carlos Heller), presente una medida cautelar ante la Inspección General de Justicia si no se respetan los plazos que determina el estatuto: la elección debe realizarse un sábado o domingo de la primera quincena de diciembre y no antes.
Sin candidatos formalmente lanzados, sin fecha, sin avales a la vista y sin atractivos, considerada la alternativa de que Macri se presente y gane por amplio margen, la elección boquense, sin embargo, tiene interés por el modo en que se dirimirá otro conflicto. La razón hay que buscarla en el artículo 63 del estatuto que, en su inciso j, sostiene: “Los integrantes de la Comisión Directiva asumen responder solidariamente con su patrimonio personal la disminución del patrimonio neto que produjeran en la gestión encomendada por los comicios ordinarios...”.
Esta norma rige desde que la asamblea de representantes la aprobó el 14 de abril de 1999 y luego, cuando la oposición al ingeniero llevó el caso a Tribunales, una jueza, la doctora Betty Saigg de Piccione, la convalidó, aunque consideró excesivo el 20 por ciento de los avales solicitados y los redujo a un 10 por ciento del patrimonio neto. Una apelación posterior elevó el pleito a la Cámara Civil, y allí los magistrados Fernando Posse Saguier, Elena Highton de Nolasco y Ricardo Burnichon ratificaron el fallo de Primera Instancia.
“Nadie tiene avales para lanzarse. Ahora, muchos oficialistas se quejan de esta dificultad y no se dan cuenta de que están bebiendo de su propia medicina, de lo que ellos mismos convalidaron en 1999”, comentó Pablo Abbatángelo, uno de los posibles aspirantes a la presidencia que Macri pretende retener para sí. No sólo el estatuto menciona el tema de los avales, ya que el artículo 17 del Reglamento General de Comicios exige que los candidatos “deberán presentar los avales bancarios establecidos en elartículo 63º ante la Comisión Electoral en el momento de la oficialización de la lista. Sin los avales queda automáticamente rechazada, sin participar en el acto eleccionario y la Comisión Electoral convocará a nuevos comicios, de corresponder...”.
El requisito que establece el artículo 63º del estatuto boquense, y cómo condiciona a la elección, es un asunto conflictivo que supera las fronteras de Boca. Ocupa un lugar en la agenda del denominado Foro Social “Las entidades deportivas en manos de sus socios”. Mañana será tratado en una de sus reuniones ordinarias y no extrañaría que la entidad, integrada entre otros por el canciller Rafael Bielsa, comience a tallar en la cuestión de los avales.
Mientras este problema ocupa a quienes no cuentan con 9.500.000 pesos en efectivo para presentarse a los comicios y, mucho menos, con bienes por una suma muy superior como garantías bancarias, Macri avanza en la junta de 10 mil firmas para respaldar su candidatura. Jorge Alves, su secretario privado, es uno de los que fogonea esta idea con fines electoralistas que el propio presidente de Boca niega. Pero el miércoles 17 de septiembre se registró un hecho que terminó de convencer a oficialistas y opositores de las verdaderas intenciones del ingeniero. Orlando Salvestrini, el ex tesorero del club y líder de la agrupación “Súper Boca”, declinó el lanzamiento de su candidatura a presidente en un bar temático del centro porteño para abocarse a la recolección de firmas por la continuidad de Macri en el cargo. En la página web de su agrupación, hasta la semana pasada, se habían recogido unas doscientas adhesiones.
Este hecho resulta significativo. Porque, así como Salvestrini integra el holding familiar que preside del padre de Mauricio, Francisco Macri, contra lo que se supone, su relación con el frustrado aspirante a jefe de gobierno porteño dista de ser buena. Una primera lectura permite interpretar que, con el ingeniero decidido a extender su presidencia por otros cuatro años, nadie le puede hacer sombra. El encarna el único oficialismo posible y postergaría las ambiciones de los demás: desde Salvestrini hasta los tres vicepresidentes, Pedro Pompilio, Gregorio Zidar y Roberto Digón. En cambio, otros dirigentes que acompañaron su gestión y ahora se sienten desplazados, como Marcelo London, Jorge Luis Bitar y Horacio “El Cholo” Palmieri, rezongan por lo bajo.
Distinto es el camino que emprendieron ciertos opositores. Alejandro Vaccaro, con su agrupación Azul y Oro, se alejó de Heller y Abbatángelo con su mensaje de unidad. Quienes, como él, cuestionaron a Macri en todos estos años, atribuyen esa transformación a la otra política. Vaccaro apoyó la candidatura a jefe de gobierno del líder de Compromiso para el Cambio. Y hubiera resultado contradictorio que ahora cuestionara su propósito de seguir en Boca por cuatro años más. Otro tanto ocurre con Enrique “Coti” Nosiglia, quien continúa al lado del ingeniero.
Sea cual fuera la fecha que se defina para la elección, unos 30 mil socios estarían en condiciones de votar, de los cuales se estima que un tercio concurrirán a las urnas. Apoyándose en ellos, el ingeniero intentará levantar su autoestima después del tropiezo político que le propinó el electorado porteño. En Boca, seguramente, no incidirán en el voto su prédica privatista ni la utilización de los éxitos deportivos con fines propagandísticos. Si Carlos Bianchi y sus jugadores le continúan dando una mano, habrá, sí, más Macri por cuatro años.
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