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Boca dio ayer una buena señal, luego de los dos empates consecutivos de las últimas fechas: se las ingenió para dominar el encuentro ante Rafaela, generar situaciones peligrosas y ponerse en ventaja (2-0) sin Carlos Tevez en la cancha, algo que por los antecedentes inmediatos parecía imposible. Con Tevez, es cierto, el conjunto de Carlos Bianchi multiplicó sus chances de ampliar ante un rival que tuvo intenciones de jugar de igual a igual, pero careció de ideas ofensivas y cometió muchos errores en la marca. Los dos tantos del partido los anotó el volante Matías Donnet, en el complemento. Sebastián Battaglia –ovacionado por el público– y Franco Cángele fueron las figuras principales del partido que le permitió a Boca continuar como único puntero del Apertura.
Mientras Donnet encontraba su lugar en la cancha, y tardó en hacerlo, la responsabilidad de generar juego recayó sobre el juvenil Cángele y el brasileño Iarley, quienes se vieron constantemente apoyados por Battaglia, Diego Cagna y Alfredo Cascini, que no tuvieron inconvenientes para adueñarse y mandar en la zona de volantes. Sin embargo, a Boca le faltaba claridad en los últimos metros, donde se apuraba con centros a la cabeza de Iarley, que los centrales adversarios lograban despejar, algunas veces con susto.
Cuando los locales se dieron cuenta de que el negocio pasaba por llegar tocando por abajo, el encuentro cambió y ganó interés. Tocando, Boca llegó constantemente hasta la puerta del área que defendían los de Rafaela, quienes superados por sus errores se fueron cargando de faltas, permitiéndole al conjunto de Bianchi disponer de varias jugadas de pelota parada: la cuota de peligro que habia retardado su aparición.
De una pared entre Iarley y Cángele llegó la primera oportunidad clara para los locales, pero el juvenil se apuró en el último remate y Comizzo controló con tranquilidad. Iarley tuvo una inmejorable oportunidad luego de una excelente habilitación de Battaglia que le permitió entrar al área por la franja derecha para sacar un remate cruzado que se le fue apenas desviado; antes había colocado un cabezazo que también pasó cerca. Cángele tuvo varias chances: intentó un gol de chilena con un remate débil que Comizzo atajó, y sacó luego un disparo cruzado, sin fuerza y displicente, que Comizzo también controló. Antes le había servido un buen pase a Cagna, quien quedó solo frente al arquero, pero remató al bulto. Por su parte, Rafaela no conseguía llegar al arco de Abbondanzieri, salvo en una jugada de pelota parada en la que Iván Juárez sacó un tiro que pasó cerca.
Apenas comenzó el complemento, Donnet conectó de cabeza un tiro libre de Cángele, obligó a Comizzo a dar rebote y él mismo fue a buscar la pelota para empujarla a la red y poner el 1-0. Rafaela contestó con un cabezazo de Larrosa que Abbondanzieri atajó. Otra vez de cabeza, Lobos se perdió el empate, solo y prácticamente debajo del arco. Y Boca replicó el ataque inmediatamente, tras un error de Comizzo que salió tarde a cortar un pase, se chocó con Cagna, que se ayudó con el codo para dejar la pelota boyando en el medio del área para que Donnet, que entraba solo a la carrera, no tuviera más que empujarla. Con el 2-0, Bianchi movió las piezas: ingresaron Tevez (por Iarley) y Villarreal (por Battaglia). Con Tevez, las chances ofensivas de Boca se multiplicaron y, ayudados por el cansancio de los santafesinos, fueron mucho más claras que las del arranque. En ataques de tres contra uno, Boca continuó fallando en la definición, como si por la escasa respuesta del rival no hubiera sido necesario ampliar la cuenta.