No sin una esforzada búsqueda, Boca logró ayer un importante triunfo en La Plata frente a Estudiantes por 1-0 y consiguió alcanzar aunque más no sea por un par de horas la punta del torneo Clausura, que finalmente volvió a quedar en manos de River, que también derrotó a Colón. En la cancha, los boquenses festejaron largamente la victoria que llegó recién a los 79m, a través de un cabezazo del volante Sebastián Battaglia tras un tiro de esquina ejecutado desde la derecha por Marcelo Delgado. Con el marcador abierto, los visitantes se dieron el gusto de unirse a los hinchas rivales en pedido e insultos contra el intendente de la capital provincial, Julio Alak; la consigna: “sí, a la remodelación del estadio. Familia Pincharrata”.
Los primeros en sumarse al reclamo por la remodaleación del estadio fueron los jugadores de Boca, quienes ingresaron al campo de juego agrupados detrás de una gran bandera que decía: Sí al estadio. No a la violencia. Las simpatías llegaron sin tardanza y perduraron también durante el partido, que fue por todos lados gentil.
Boca no esperó a ver las armas de Estudiantes y salió lanzado a buscar la victoria para no perder el tren de los que pelean la punta con River, pero no le resultó tan fácil, porque el protagonismo que lograba en el mediocampo se disipaba en los últimos metros, donde los delanteros no conseguían destacarse. Por eso las mejores situaciones de los visitantes fueron en jugadas de pelota detenida, resueltas con más o menos tino por Riquelme; salvo un remate de Delgado que una gran atajada de Nicolás Tauber consiguió desviar al corner y una llegada clara de Román después de una buena hilvanación colectiva entre Delgado, Cristian Traverso y Omar Pérez. Estudiantes, por su parte, no pudo inquietar seriamente sino hasta el final de la primera mitad, cuando con una doble pared entre Martín Zapata y Israel Damonte logró traspasar la defensa xeneize y llegar hasta el fondo, donde apareció una pierna de Traverso para cortar la ilusión.
Lo que sucedió en el complemento fue lo mejor y más entretenido, porque Boca, con Mauricio Serna bien parado en el medio –había ingresado por Diego Crosa; desgarrado–, comenzó a superar lentamente al rival y a controlar casi exclusivamente el recorrido de la pelota. El cambio de Gonzalo Pavone por Raúl Cascini, no fue del todo productivo, porque Estudiantes si bien consiguió más potencia ofensiva –el delantero se sumó al ataque junto al Tecla Farías, de buena labor– debilitó la zona de volantes que hasta ahí se las había ingeniado para controlar a la visita.
Fueron pasando los minutos y los de Tabárez no aflojaron ni la presión ni las ganas. Es más, la aumentaron gradualmente, quizás obligados por la necesidad de abrir el marcador; para no perder los puntos, claro. Y el asedio tuvo sus frutos: faltando diez minutos, Battaglia conectó al arco, de cabeza, un centro de Delgado desde el corner derecho y Boca se puso 10. Una diferencia justa; después los xeneizes no bajaron los brazos y tampoco dejaron que Estudiantes se repusiera.