Lun 18.07.2005
libero

HOPKINS PERDIO CON TAYLOR

Cayó el invencible

› Por Daniel Guiñazú

Lo que parecía imposible, sucedió. Después de 10 años, 2 meses y 16 días, y 20 defensas de un reinado inconmovible, record en la riquísima historia de la categoría, Bernard Hopkins perdió por puntos, en fallo dividido, su título mundial unificado de los medianos. Y el boxeo sufre, por estas horas, un estremecimiento similar al que provocaron, en su momento, las derrotas inesperadas de Mike Tyson y Oscar de la Hoya. Nadie pensaba que Hopkins, sin dudas el mejor boxeador libra por libra de la actualidad, podía llegar a bajar derrotado de un cuadrilátero. El atrevimiento de Jermaine Taylor lo hizo posible, en la madrugada del domingo, sobre el ring del MGM Grand Hotel de Las Vegas.
Hopkins (72,574 kg) resignó la corona (y un invicto que llevaba más de 12 años de vigencia) porque se acordó demasiado tarde de lo que debía hacer para ganar. Pasó ocho rounds estudiándolo a Taylor (72,574 kg) sin alcanzarlo a descubrir, retrocediendo, sacando sus manos de a cuentagotas. Recién en los cuatro últimos asaltos, el ahora ex campeón se plantó de la mitad del cuadrilátero en adelante, recuperó la iniciativa y conectó sus mejores manos, sobre todo su derecha cruzada y en directo a la cabeza de Taylor. Pero resultó tardía su reacción: Taylor ya había amasado diferencias que, al final, quedaron reflejadas en las tarjetas de los jurados Duane Ford y Jerry Smith, quienes fallaron 115 a 113 en favor del nuevo rey. Jerry Roth lo vio ganador a Hopkins por 116 a 112. Para Líbero hubo empate en 114.
No vaya a creerse que ha aparecido un nuevo superfenómeno. Taylor es un buen boxeador que llegó al choque invicto en 23 peleas, con 17 victorias por nocaut, ocho de ellas alcanzadas en sus últimos diez combates. Pero de ninguna manera un crack. Sorprendió tirando golpes con energía y profundidad en el arranque, y a medida que Hopkins no modificaba su comportamiento apático e impreciso, fue cobrando atrevimiento y rapidez y conectando su izquierda picante en jab y en gancho. Al término del 8º round ganaba sin disimulo, pero quiso perseguirlo a Hopkins en línea recta en lugar de cerrarle el paso, y eso le mermó energías para el tercio final de la pelea.
Los jueces reconocieron lo bien que estuvo Taylor en las ocho vueltas iniciales. Pero tal vez hayan castigado exageradamente la demora de Hopkins para ponerse en marcha. Lo cierto es que se cayó un pedazo de la historia. Y que el boxeo ha ganado un nuevo clásico. Una revancha directa estaba comprometida por contrato para el caso de que Hopkins perdiese. Y ese nuevo combate será negociado a la brevedad por Oscar de la Hoya y Lou Di Bella, los manejadores de Hopkins y Taylor. El 2006 ya tiene lista su primera gran superpelea.

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