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Boca tenía que demostrar que todo lo que se había hablado durante el largo receso, que era el equipo que mejores incorporaciones había hecho, que había sumado mucha calidad, era cierto. Ayer lo hizo, confirmó lo que había insinuado durante la gira por Asia y Europa, aunque con las facilidades que le dio un rival que vuelve a Primera, los jujeños de Gimnasia, con muchos jugadores nuevos y un plantel renovado, diferente del que consiguió el ascenso. Fue goleada para el conjunto de Alfio Basile, local en el Nuevo Gasómetro. Rodrigo Palacio, dos veces, Martín Palermo y Daniel Díaz, los autores de los goles boquenses; Daniel Bilos y Federico Insúa, las figuras.
Apenas arrancó el encuentro comenzaron a despejarse algunas dudas. Las incorporaciones le devolvían a Boca ciertas seguridades que se habían ido perdiendo en los últimos años: avances con pelota dominada por la derecha, comandados por el formoseño Hugo Ibarra; seguridad y anticipo en el fondo, donde se destacaba Daniel “Cata” Díaz; toques precisos y lujos en el mediocampo; mucha presencia ofensiva, con Palacio desbordando y Palermo esperando el momento justo. Todo bien encajado por Basile, que estaba tranquilo, que gritó poco, y que hasta contó con la visita estelar de Diego Maradona, quien miró el encuentro desde la platea, tras aclarar que ése será su lugar y no el banco.
No se recordaba un arranque tan prometedor y menos se imaginaba lo que en menos de un cuarto de hora sucedió: Boca ganaba 3-0, con tres goles de cabeza fruto de tres centros de Insúa, pegada sutil y valiosísima para este nuevo Boca, que quiere y debe diferenciarse de aquel de los desaciertos y las debilidades. Bilos había anunciado peligro con un remate de tijera que pasó cerca del palo derecho, pero la apertura iba a llegar apenas unos minutos después tras un tiro de esquina de Insúa, desde la izquierda, que cabeceó Díaz y el arquero Palos sacó del área, para que el ex armador de Independiente sacara un nuevo centro perfecto a la cabeza de Palacio.
Similar fue el 2-0: jugada entre Bilos e Insúa, centro de éste y cabezazo matador de Palermo. El 3-0 llegó por la derecha: jugada de pelota parada, pegada de Insúa y cabezazo de Díaz, fulminante.
Después, Palermo tuvo tres chances para ampliar, y Palacio, una: un remate de media distancia que pasó cerca del poste izquierdo de Palos. Boca dominaba en todas las líneas y jugaba con soltura, tanta que pareció comenzar a sobrar al rival que, aunque notoriamente más débil, se las ingenió para, en el primer error defensivo del equipo de Basile, conseguir el descuento: se durmió Morel Rodríguez, Devallis metió el centro pasado para que por la izquierda apareciera sorpresivamente el marcador central Gabriel Ramón y definiera solito y cómodo.
Cierto es que hubo un claro penal de Schiavi a Héctor Silva que Sequeira no cobró, pero no hubiera cambiado mucho el trámite: la diferencia entre un equipo y otro era implacable. Boca eligió hacerles precio a los jujeños, quizá para no sumar presiones en este arranque de campeonato. Por eso reguló su actuación en el complementario y comenzaron a verse tacos, amasadas, lujos, estridencias. Los jujeños comenzaron a llegar mejor, y ahí Díaz confirmaba su gran categoría, cortando y saliendo a jugar desde el fondo, casi todas. Tuvo una chance Matías Oyola, en jugada originada tras un corner a favor de Boca, pero no la concretó.
Palacio metió el cuarto, luego de una bonita combinación entre Insúa y Neri Cardozo, que había ingresado por Bilos. Los hinchas aplaudían con renovado entusiasmo.

Boca-4
Gimnasia (j)-1
Estadio: San Lorenzo (local Boca).
Arbitro: Oscar Sequeira.
Goles: 9m Palacio (B), 10m Palermo (B), 13m Díaz (B), 28m Ramón (G); 82m Palacio (B).
Cambios: 33m Oyola (5) por Balvorín (G); 65m Roth por Kmet (G), 69m Cagna por Vargas (B), 78m Cardozo por Bilos (B), 85m Barros Schelotto por Palacio (B).