COMIENZA EN COPENHAGUE UN FORO DEL PERIODISMO DEPORTIVO INDEPENDIENTE
“Play the Game” de nuevo, Jens
Doscientos incisivos periodistas de todo el mundo participan de una nueva edición de Play the Game, foro organizado por Sport Intelligence Unit (SIU), núcleo de periodistas liderado por el inquieto Jens Sejer Andersen. Este año, la edición 2002 tratará el tema del deporte y su relación con el progreso político de las naciones –democracias o dictaduras–. Una cuestión que, según los antecedentes, promete conclusiones filosas. Hagan olas.
› Por Pablo Vignone
Pocos días antes de la Navidad del 2000, Joseph Blatter, presidente de la FIFA, le mandó a la ministra de Cultura de Dinamarca, la señora Elsebeth Gerner Nielsen, una carta indignada. Según se quejaba Blatter, de acuerdo con lo publicado por el periódico británico The Independent, la ministra había formulado una serie de críticas concernientes a la falta de democracia interna y de ética dentro de la organización multinacional del fútbol, y por ello había redactado una carta de tres carillas y media explicando qué tan ética, democrática y solidaria era la FIFA.
Blatter pudo haberlo leído en el diario inglés o en éste. “A los líderes del deporte mundial no les interesa la democracia”, tituló Página/12 en su edición del 14 de noviembre de 2000. Fue en esta misma sala del DGI-byen, un hermosísimo complejo deportivo a metros del Tivoli, el parque de diversiones más reputado de toda Europa, que Miss Gerner Nielsen dijo lo que dijo, delante de este cronista, del hombre de The Independent y de casi 130 periodistas y hombres de prensa: “Los valores que inspiran al deporte actual están categóricamente amenazados por el comercialismo, y hay en esta era una falta de transparencia en la gestión deportiva que afecta su credibilidad”, acusó formalmente.
Fue así que una conferencia contracultural sobre las complejas relaciones entre el deporte y la democracia, impulsada por unos locos que todavía creen que se debe respirar aire puro, estalló en la amañada corrección política de los principales centros del poder deportivo ecuménico. El impoluto Sr. Blatter se quejó... Y ahora la historia vuelve a repetirse.
“Play the Game”, esa fantástica idea de la Sport Intelligence Unit (SIU), una “célula” de periodistas que hacen del ejercicio de la reflexión su objetivo y que conduce el inquieto Jens Sejer Andersen, está dando comienzo una vez más. Para incomodar al Sr. Blatter, y seguramente también al Dr. Jacques Rogge, el nuevo jefe de la familia olímpica: Andrew Jennings, un icono de esta causa, varios pupitres hacia mi derecha, ya se relame pensando en los combates que sostendrá.
(Jennings fue el mismo que, dos años atrás, mientras el suizo Patrick Schamasch, director de la Comisión Médica del comité Olímpico Internacional, afirmaba sin ponerse colorado que el COI lideraba “desde hace 33 años la lucha contra el doping”, se paró para gritarle: “¡Mentiroso!”, y cuando el suizo reaccionó, le dio un giro completo a su epíteto: “¡Usted y Samaranch son dos mentirosos!”.)
Con el apoyo de la Federación Internacional de Periodistas (FIJ) y la Asociación Internacional para el Deporte y la Cultura (ISCA), que comparten la organización con SIU y el gobierno danés, “Play the Game” ha crecido, poniendo en primer plano la avidez por la transparencia deportiva. Ya somos más de 200 los que nos reunimos en esta ciudad para escuchar, debatir o discutir la unidireccionalidad indiscriminada del poder deportivo mundial.
“Tuvimos éxito creando un nuevo standard para el debate internacional”, se congratula Andersen, que recuerda otras anécdotas de cómo el poder quiso atentar, sin lograrlo, contra la salud de esta conferencia: “A través de la FIJ, se decidió entregar en los Juegos Olímpicos de Sydney, a mediados del 2000, unos 10 mil folletos contando cómo iba a ser ‘Play the Game’. Todo el material se mandó electrónicamente a una gran imprenta australiana, llamada SOS Printing. Pero la compañía suspendió todas las comunicaciones con nosotros apenas vieron el material. No se cumplió lo pautado y hubo una demora en la impresión. La consecuencia fue que casi ni se distribuyeron los folletos y probablemente ésa fuera la intención... Lo bueno es que nunca nos mandaron la factura”.
Las presiones nunca han cejado. Sandro Donati, el investigador jefe en temas de doping del Comité Olímpico Italiano, tuvo prácticamente que declararse en rebeldía para venir a contar sus experiencias; y prosiguen:la estrella de esta conferencia iba a ser Issa Hayatou, el camerunés que desafió a Blatter en la FIFA, y perdió. Hayatou no vendrá a exponer sus cuitas, casi de la misma manera en que Lennart Johansson anunció una conferencia de prensa al día siguiente de perder las elecciones a presidente de la FIFA en junio de 1998, con la expresa intención de denunciar manejos turbios, para suspenderla sin la menor explicación racional menos de 24 horas más tarde. ¿Acaso a Hayatou también le aconsejaron no quitar los pies del plato?
En “Play the Game 2002” se discutirá si el deporte promueve el progreso político de las naciones, y cómo la actividad es usada por democracias y dictaduras para sus propósitos. La elección de Beijing como organizadora de los Juegos Olímpicos del 2008 estará en el centro de la discusión: ¿al Comité Olímpico Internacional le cabe ahora el papel de lavador de conciencias, con respecto a la situación de los derechos humanos en China? Una delegación del Comité organizador de Beijing 2008 prometió estar para el cierre del debate, y se esperan chisporroteos.
Por supuesto, los clásicos no faltarán: Jens Weinreich, el brillante editor de deportes del Berliner Zeitung, sintetizará “la influencia del crimen organizado en el deporte olímpico” y dará detalles inéditos de la caída de ISL; Jennings revelará “la historia oculta de los escándalos de la FIFA” y el sociólogo texano John Hoberman retratará “los juegos nacionalistas que juegan los políticos”. Donati volverá a explicar con su pésimo inglés y su extraordinario carisma los trucos más refinados que los tramposos usan para doparse sin ser descubiertos y Catherine Menschner, una nadadora de la antigua Alemania Democrática, vendrá a relatar su experiencia como una víctima de tantas de la política de doping oficial de aquel país. Además, Colin Gibson, editor de Deportes del Daily Mail londinense, tratará de responder una inquietud que, de sólo mencionarla, produce escalofríos en la tierra de Fantinos, Nimos y Recondos: “El futuro de la prensa deportiva”.
Copenhague está fantástica en esta altura del año. Sólo hace cero grado centígrado y a las cuatro de la tarde ya es noche cerrada. Pero nadie pierde las esperanzas.
Ni siquiera Blatter, porque en un rato más el sucesor de la Gerner Nielsen, Brian Mikkelsen, abrirá oficialmente el debate disertando sobre “Valores en el deporte en el siglo XXI”.
Ni nosotros: algún negocito de la Ostergade, la Florida de Copenhague, aceptará tarde o temprano unos patacones a cambio de un recuerdito...