EL AÑO DE DAVID NALBANDIAN
Wimbledon aun no lo cree
Por Facundo Martínez
El 2002 fue un año formidable para el tenis argentino, que terminó con nueve tenistas ubicados entre los cien primeros del ranking mundial –David Nalbandian (12), Guillermo Cañas (15), Gastón Gaudio (21), Chela (23), José Acasuso (41), Guillermo Coria (45), Calleri (50), Mariano Zabaleta (53) y Franco Squillari (82)–. En lo colectivo, se destacó la excelente campaña que realizó el equipo capitaneado por Alejandro Gattiker que llegó a las semifinales de la Copa Davis, donde cayó frente a Rusia en Moscú tras una serie demasiado ajustada. Y en lo individual lo mejor fue, sin dudas, la gran actuación de David Nalbandian en Wimbledon, quien llegó a la final del certamen, aunque no consiguió imponerse ante el número uno del mundo, el australiano Lleyton Hewitt. Esta hazaña, sumada a la victoria en Estoril y en Basilea le permitieron al cordobés acceder a la mejor ubicación en su carrera como profesional, que es también la mejor posición de fin de temporada para un tenista argentino desde 1989, con lo cual concluyó la temporada como 1º de Argentina y Sudamérica.
La victoria de Nalbandian en los cuartos de final de Wimbledon –el más antiguo, importante y prestigioso de todos los torneos del Grand Slam– por 6-4, 6-4, 4-6, 4-6, 6-4 ante el ecuatoriano Nicolás Lapentti, lo convertía en el primer argentino en alcanzar las semifinales del Abierto inglés, el tercero de la temporada, superando en la historia a Guillermo Vilas, quien en sus mejores actuaciones había logrado acceder a los cuartos de final en 1975 y 1976. Pero el ingreso en la historia grande del tenis local no le alcanzó y fue por más.
Nalbandian continuó haciendo historia al derrotar en semifinales al belga Xavier Malisse por 7-6 (7-2), 6-4, 1-6, 2-6 y 6-2, en un partido complicado que debió suspenderse por falta de luz cuando, empatados en dos, debían jugar el quinto set, que se disputó un día más tarde. En ese último set, Malisse no aguantó la presión del cordobés, que quebró tres veces seguidas y definió el juego a su favor. No fue una victoria más, ya todo el público había fijado la mirada en este veinteañero de Unquillo que batía un nuevo record: era el primer debutante de la historia de Wimbledon en alcanzar la final.
Con estos resultados, el cordobés no hacía más que confirmar el gran momento que atravesaba, tras haber arrancado la temporada con la victoria en Estoril. El rival en la final era nada menos que Hewitt, el mejor ubicado del mundo, y la suerte de Nalbandian estaba echada. Era su primera final en un Grand Slam y no lo logró.
En un partido que debió suspenderse dos veces por la lluvia, el australiano fue contundente y casi no lo dejó pensar al argentino, quien cayó por 6-1, 6-3 y 6-2, sin atenuantes.
Tras la derrota ante Hewitt, Nalbandian confesó que ese día no había podido dar lo mejor de sí. “Fue mucho para mí en este gran torneo, en mi primera vez. Espero que el año que viene pueda ganar la final”, dijo en la tradicional conferencia de prensa que los protagonistas acostumbran brindar desde el court central, ante la ovación del público que lo había apoyado durante las últimas instancias del torneo. Con la caída del cordobés se resignaba también la oportunidad para el tenis local de conseguir su primer título de Grand Slam en 24 años.
Una imagen perdurará de esa aventura en Wimbledon. Cuando ya había recibido el plato correspondiente a su segundo puesto, el árbitro general del torneo, Alan Mills, se acercó a Nalbandian y lo convenció de dar la vuelta al estadio para saludar al público. “Fue muy lindo. Primero no tenía ganas, me daba vergüenza, porque el ganador era otro. Mills me convenció e incluso me acompañó. Caminé diez metros, me tiraron una bandera argentina y me la puse en los hombros. Fue realmente majestuoso. Estar con la bandera argentina en la cancha central de Wimbledon con todos aplaudiéndome...”.
Después de Wimbledon, Nalbandian sufrió un bajón importante que lo llevó a ser eliminado en varias primeras rondas, pero también tuvo tiempo pararecuperarse y lograr en forma espectacular el título en Basilea, que le permitió seguir escalando posiciones en el ranking mundial, para terminar el año muy cerca de los top-10.