Lun 03.02.2003
libero

AHORA, LA NBA ES UN NEGOCIO CHINO

Todo lo que hay que saber sobre el fenómeno Yao Ming

El explosivo pivot de los Houston Rockets, elegido por el voto consecuente de la colectividad china en Estados Unidos para jugar en el Partido de las Estrellas en su primera temporada, es un fenómeno único, y no sólo deportivo.

La riqueza de las naciones, de Adam Smith; o Dinero, interés y precios, de Don Patinkin, decoran las estanterías. Un exquisito compendio de lo mejor de la historia y el pensamiento económico acompaña en su despacho a John Huizenga, vicedecano del colegio de graduados de negocios de la Universidad de Chicago. El monocorde horizonte de libros apilados se quiebra con una pelota firmada por los jugadores del Shanghai Sharks. Economía y básquetbol, sus dos pasiones, unidas ahora gracias al impacto de un gigante chino de 2,26 de altura y 22 años llamado Yao Ming. El número uno del pasado “draft” forma parte del temario de los futuros licenciados. Como trabajo de fin de semestre, los estudiantes presentaron, en diciembre, un informe de 175 páginas en el que establecían un mercado potencial para las iniciativas comerciales con el pivot asiático.
Eric Zhang, primo de Yao Ming y alumno de la escuela, fue quien propició el contacto entre profesor y jugador. El vicedecano pasó todo el mes de junio en China estudiando la vertiente económica del aterrizaje de Ming en la NBA. Desde ese momento, un amplio equipo de expertos financieros y comerciales, dirigido por Huizenga, vigila la cuenta corriente y los beneficios del basquetbolista. Fueron ellos los que negociaron con las autoridades chinas y con Houston Rockets el primer contrato del gigante en la NBA. Después de tres meses desde su estreno en la liga, la maquinaria económica creada a su alrededor ya funciona a destajo, potenciada porque, además, el rendimiento deportivo de Yao Ming superó las expectativas. ¿Una muestra? Cuando lo vio en los primeros juegos, Charles Barkley, ex estrella de los Rockets y ahora comentarista televisivo, desafió que si el novato anotaba más de 20 puntos en un partido, él le “besaría el culo a un burro”. A la semana de ese comentario, su ex compañero Kenny Smith se apareció en el estudio con el animal para que Barkley cumpliera con su promesa. Es que Ming se había despachado con 25 puntos y 10 rebotes. Con casi media temporada, el chino figura entre los rookies cuarto en puntos; segundo en rebotes, y primero en tapas, porcentajes de cancha y eficiencia.
Ni Tiger Woods es capaz de hacer sombra a la marabunta económica y comercial que generó Ming. Acaba de firmar con una compañía dedicada al desarrollo de productos interactivos en telefonía móvil para ser la imagen de un nuevo juego. Su lanzamiento al mercado será dentro de unos meses en China, Taiwan, Hong Kong y Singapur. Si en Estados Unidos se calcula que el número de teléfonos móviles alcanza los 120 millones, sólo en China la cifra llega a los 200 millones.
Mientras tanto, los representantes de Ming siguen recibiendo a diario llamadas de compañías que pretenden que sea el jugador chino el que promocione sus productos. Su contrato con Nike concluye el próximo año, pero la multinacional ya se puso en campaña para no perder a uno de los clientes que más réditos le proporciona. A la espera de que el vínculo expire, Reebok está al acecho para seducir a Ming. Por lo pronto, el chino es una de las caras visibles de las transmisiones televisivas de la NBA para todo el mundo. En cada partido se puede ver a Yao mezclando sus habilidades para el básquet con el arte milenario oriental, con el clásico slogan de “I love this game”.
Hasta en la música se aprecia su huella. Dos seguidores de los Houston Rockets tuvieron la ingeniosa idea de componer una canción dedicada a su nueva estrella. Ese impulso los puede convertir en millonarios. La melodía se convirtió en el himno del equipo. Los compositores, Chance McClain y Kevin Ryan, firmaron un contrato con una discográfica y varios distribuidores para ceder los derechos de la canción y comenzar su distribución en China.
Otra muestra del impacto de Yao Ming se dio en que la NBA tradujo su web oficial al chino, para introducirse en el mercado asiático. Por eso, gracias a la masiva votación vía Internet de sus compatriotas y de la notable colonia que reside en Estados Unidos, el jugador chino fue el pivot más votado del oeste para el All Stars, por delante incluso deShaquille O’Neal. De esa situación sacó provecho Emanuel Ginóbili, que ocupará el lugar vacante del chino en el partido entre los debutantes que se jugará el próximo sábado. Tanto que, desde su web oficial, Manu agradeció a la comunidad china, ya que a partir de los votos asiáticos, él podrá cumplir su sueño de participar en el fin de semana de las estrellas. Producto en parte del marketing, pero también de cuestiones deportivas, el triunfo de Yao sobre Shaq en la elección aceleró un duelo que se esperaba para más adelante. Durante una entrevista televisada, cuando a O’Neal le preguntaron su opinión sobre Ming, dijo: “Díganle a Yao Ming, ‘Ching chong yang wah ah soh’”, imitando el acento del jugador chino.
Entonces, varios sectores de la comunidad asiática en los Estados Unidos se mostraron furiosos por el tono despectivo que utilizó el jugador de los Lakers hacia su cultura y lengua. O’Neal y los Lakers se habían negado en principio a pedir disculpas sobre el asunto y el jugador se limitó a decir que había hecho un chiste.
Sin embargo, cuando el escándalo amenazó con crecer, la NBA tomó postura en favor de su nuevo niño mimado y obligó a O’Neal a retractarse. “Si he ofendido a alguien, quiero pedir disculpas”, comentó O’Neal. “Pero no soy un racista, insinuar que soy un racista es una locura, simplemente estaba tratando de hacer un chiste y a veces me salen mal”, dijo el pivot de Los Angeles. Más allá de las disculpas, el primer enfrentamiento en la cancha entre ambos pivotes fue seguido con una expectativa enorme, tanto que estuvieron presentes en el Compacq Center los padres de Yao Ming y el padrastro de Shaquille. Y si bien O’Neal se adueñó del duelo, Yao demostró que será un contendiente de cuidado. La NBA está encantada con Ming. Por su juego y, especialmente, por todo lo que genera a su alrededor.

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