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La despedida fue igual a una derrota. Y para el momento que atraviesa San Lorenzo, eso significa una pena enorme. El golpe anímico que ocasionó ese gol polémico que convirtió Colón para marcar el empate en uno fue imposible de superar para los jugadores locales, y sobre todo para el público, que descargó su ira con el árbitro Diego Abal. La jugada de la discordia terminó perjudicando al conjunto de Boedo, que perdió dos puntos clave en su lucha por mantener la categoría.

Cuando se jugaban 22 minutos del segundo tiempo, Garcé convirtió con displicencia luego de un envío de Higuaín desde la derecha. Como el asistente Julio Fernández permanecía con la bandera levantada, los jugadores de San Lorenzo no siguieron la acción, imaginando que todo estaba anulado. Sin embargo, Abal no pitó en ningún momento y terminó marcando el gol, que no era legítimo. Si bien Higuaín recibió la pelota luego de que la cabeceara Palomino, cuando se inicia la acción que desemboca en ese cabezazo, el ex River estaba en posición adelantada.

Fernández, en principio, cobró para marcar la segunda jugada, y por ese motivo Abal le hizo seña de que no estaba adelantado. De esa manera, en ningún momento aclaró que la bandera la subía para sancionar la primera acción. Luego del diálogo que mantuvieron Abal y su asistente, el juez terminó marcando el gol, y se especula que ninguno de los dos alcanzaron a ver que Higuaín estaba fuera de juego en el principio de la maniobra.

San Lorenzo fue el que se puso en ventaja al final del primer tiempo, cuando Kalinski remató desde afuera del área, la pelota pegó en Bastía, y así descolocó al arquero, que se había tirado hacia el otro lado. Colón ya jugaba con diez hombres, a esa altura, por la expulsión infantil de Fuertes a los 30 minutos, que golpeó a un adversario después de haber perdido la tenencia de la pelota.