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Superarse tres veces en el día más importante de una carrera deportiva en el máximo escenario mundial no es una hazaña menor. Germán Lauro, el gigante con cara de bueno nacido en Trenque Lauquen, puede dar fe de ello. Es que el lanzador argentino lo consiguió el viernes 3 de agosto, con el agregado de que sus tres records nacionales le sirvieron para clasificarse para la final olímpica y terminar en la sexta posición.

“Estar en semejante nivel y competir de cerca con los mejores del mundo es algo que a uno lo pone muy contento. Una final olímpica es algo indescriptible”, aseguraba Lauro en aquel momento. Es que su actuación terminó siendo inesperada hasta para el propio ambiente del atletismo argentino. Cuatro años antes, en Beijing 2008, apenas había podido concluir 32º.

Su camino a la gloria había arrancado por la mañana de ese viernes, con la etapa clasificatoria. El ocho veces campeón argentino y medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 lanzó 21,75 metros para batir su primer record nacional y convertirse en uno de los cinco de los doce atletas finalistas que consiguió superar la marca mínima para acceder a la final. Por la noche, en la etapa decisiva, otra vez pudo superarse: en el segundo lanzamiento mejoró su marca a 20,82 metros y en el tercero logró 20,84, con lo que además logró evitar el primer corte de cuatro participantes. Ya con el diploma entre los ocho mejores asegurado, Lauro no tuvo resto para los últimos tres intentos, aunque su proeza estaba cumplida. Tan fuerte había sido su impacto en la delegación argentina que hasta Emanuel Ginóbili y Luis Scola se acercaron al estadio olímpico para presenciar su actuación consagratoria.

“Esto es una felicidad enorme. Se sufre mucho para poder entrenar y estar en las mejores condiciones. Que se logren los resultados de esta manera a uno lo pone muy feliz”, aseguró el bonaerense tras su sexto lugar. Pero lo más importante es que a partir del 4 de agosto se puso el objetivo de superarse en Río 2016. Por la experiencia de Londres habrá que tenerlo en cuenta, porque superarse a sí mismo es una cuestión habitual para Lauro.