El sueño olímpico de Mauricio Macri viaja en camión o metrobús, lo mismo da. Tardará cinco años en llegar y concretarse, pero ya genera polémicas. El jefe de gobierno porteño está exultante por la designación de Buenos Aires como sede de los Juegos de la Juventud que se realizarán en 2018. Anunció que construirá la villa para hospedar a los participantes en la zona del Parque Roca, vecina al futuro Centro de Transferencia de Cargas, un lugar por donde se prevé que circulen 5 mil vehículos de gran porte por día. Los 3200 atletas que el COI estima para un evento de este tipo competirán en diferentes parques deportivos, algunos de los cuales hoy se encuentran en estado calamitoso. La elección de la Ciudad, festejada por autoridades nacionales y locales, deja en evidencia lo mucho que queda por hacer y el exitismo del ingeniero, que ya anunció cómo “el metrobús va a ser la línea olímpica que utilizarán los deportistas para trasladarse”.

A minutos de conocerse la elección de Buenos Aires el jueves pasado en Lausana, Suiza, Macri desplegó su acostumbrado voluntarismo. Anunció que los atletas se moverán en metrobús desde las sedes deportivas del norte (acaso la pista nacional de remo, el estadio de River o el Cenard, entre otros) a la proyectada villa olímpica que el gobierno porteño edificará en el Parque Roca. Del ridículo no se vuelve y de la retórica naïf tampoco. Cuando no hay demasiado para mostrar, o lo que ya se construyó lo hicieron otros, se debe rescatar lo propio, aunque se trate de apenas un boceto.

La Comuna 8 es la de menor densidad de población en la Ciudad, pero es la que posee la mayor proporción de espacio verde por habitante, junto a la Comuna 1, donde está la reserva ecológica. Un dato adicional la describe en sus carencias: ni siquiera tiene un hospital público (dato de la Dirección de Estadística y Censos porteña al 23 de octubre de 2012). Sin embargo, se edificará ahí la villa olímpica, bajo la declamada política macrista de contribuir al desarrollo de esa zona, compuesta por los barrios de Villa Lugano, Villa Soldati y Villa Riachuelo, los más pobres de Buenos Aires.

El jefe de Gobierno dijo desde Suiza que “forma parte del plan de regeneración de la zona sur de la Ciudad”. Una villa olímpica que tras su utilización durante unos doce días de competencias, sería reconvertida en viviendas sociales para la población. Claro, habrá que esperar cinco años o más para ver cómo se materializa la sensibilidad social del vecino de Barrio Parque con aspiraciones presidenciales.

Camiones olímpicos

Para la ciudad, según Macri, la villa “representa menos del 1 por ciento del presupuesto de Buenos Aires, cuya previsión total de gastos para este año es de alrededor de 40 mil millones de pesos”.

En el proyecto olímpico que llevó a Lausana la delegación argentina, parece que no se tomó en cuenta una situación: el alojamiento para los atletas que se levantará en 10 hectáreas del Parque Roca, estará muy próximo al Centro de Transferencia de Cargas para camiones que aprobó la Legislatura a fines del año pasado con el voto mayoritario de las bancadas del PRO y del Frente para la Victoria. Para ello, se utilizarán 37,5 hectáreas del mismo Parque Roca, donde ya está el estadio de tenis Mary Terán de Weiss, ninguneado por el gobierno de Macri y la Asociación Argentina de Tenis hasta la última serie de la Copa Davis contra Alemania. Los dos siempre se resistieron a que llevara ese nombre que homenajea a la mejor tenista argentina hasta la aparición de Gabriela Sabatini. ¿Por qué? Porque había sido una ferviente militante peronista.

La playa de maniobras y logística para camiones concesionada a privados requerirá de una inversión de 100 millones de dólares bajo un convenio que otorga varias exenciones de impuestos (como el ABL, por ejemplo) a las doscientas empresas que operen el predio. Semejante receptora del transporte de cargas, una obra que recibió apoyos y también críticas, debería convivir con la movida de los Juegos Olímpicos de la Juventud. El Centro de Transferencia se ubicará entre la avenida Roca (y su continuación Rabanal), Pergamino, 27 de Febrero y la autopista Presidente Cámpora. A unos pasos de allí vivirán todos los deportistas y competirán unos cuantos: en Parque Roca se construirá la pista de atletismo, una de las obras que faltan hacerse.

Macri debería explicar un poco más su fanfarronada. Cómo se moverán los atletas en el Metrobús olímpico desde el corredor deportivo del norte hasta allí, donde faltan viviendas, hospitales y escuelas y sobrarán camiones para 2018. Recuérdese lo que pasó con los vecinos del Parque Indoamericano (también de la Comuna 8) en diciembre de 2010. Hubo tres muertos por la represión a los desalojados que habían tomado esas tierras: Bernardo Salgueiro, Rosemary Puña y Emilio Canaviri Alvarez.

En PRO del deporte

“Queremos tener mejores deportistas olímpicos y poner a Argentina entre los primeros lugares del mundo”, declaró el jefe de Gobierno y ex presidente de Boca cuando Buenos Aires ya se había impuesto a las dos ciudades que competían con su candidatura: Glasgow y Medellín. Su verba entusiasta, que contrastó con las medidas palabras del secretario de Deporte de la Nación, Claudio Morresi, lo traicionó en un contexto de felicidad entendible: “Gracias a todos seguimos trabajando en el deporte, que es nuestra prioridad”. Nada más alejado de la realidad. Macri, desde que llegó a la ciudad, no hizo demasiado por el deporte en general, a no ser un par de carreras de Súper TC 2000 en el centro porteño y el barrio de Recoleta que levantaron polvareda entre los vecinos y ambientalistas.

Mucho menos hizo por el deporte social. Su política hacia los parques y polideportivos de la ciudad que utilizan los porteños como lugar de esparcimiento y entrenamiento (y que también recibirán a los atletas de los Juegos Olímpicos) es la mejor prueba. El líder de la derecha “en PRO del deporte” quedó a la intemperie como los espacios verdes que no mantiene.

Está previsto –al menos así se anunció en Suiza– que en el Parque Roca se desarrollarán las pruebas de atletismo, tenis (para eso está el Mary Terán de Weiss) y tiro al arco, entre otras. El Parque Sarmiento, ubicado en el barrio de Saavedra, recibirá a las competiciones de ciclismo como el BMX. Ninguno de los dos se sostiene hoy en condiciones óptimas si es por la atención que le prodigan los funcionarios porteños del Ministerio de Desarrollo y de la Subsecretaría de Deportes, tal como se ve en las fotografías que acompañan esta nota.

Las imágenes permiten ver sanitarios rotos o clausurados, instalaciones de alto voltaje precarias y sin seguridad adecuada, piletones sin grifería y otras falencias que no se perciben en ellas como los playones para practicar deportes agrietados o poceados. Todo podría arreglarse con voluntad política y en pocos días, pero aun así, con la escasa inversión que se hubiera requerido, las instalaciones deterioradas son invisibles a los ojos de los funcionarios porteños.

Ahora que los Juegos Olímpicos de la Juventud les fueron otorgados a Buenos Aires, Macri habla de equidad entre el norte y el sur de la ciudad, de trabajar en conjunto con los sectores privados y garantiza que “los estadios estarán llenos” (se utilizarán los de River, Boca y quizá Huracán) y que habrá “miles de voluntarios” dispuestos a sumarse a una gesta deportiva sin igual. El deporte concebido como un área de negocios que deben ser rentables, es una especialidad de la casa. Esta película ya la vimos cuando el jefe de Gobierno era presidente de Boca.

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