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Juan Carlos Ferrero, campeón de Roland Garros tras vencer 6-1, 6-3, 6-2 al holandés Martin Verkerk, tiene como meta inmediata conquistar el número uno del mundo, el principal de los tres desafíos que se plantea para el futuro.
“Ser el número uno es la gran prioridad. Nunca estuve tan cerca como ahora”, dijo Ferrero, que se desilusionó al saber que, pese al título, no avanzará desde su tercer lugar en el ranking de la ATP.
“Soy uno de los jugadores ‘top’. En la Carrera de Campeones soy el líder, y en el ranking avanzaré...”, comenzó a decir, antes de golpear la mesa con gesto de enojo al saber que no avanzaría.
“Quiero ganar un Grand Slam en cancha dura. Pienso en Australia, en el US Open...”, agregó, antes de asegurar, en tono de broma revestido de seriedad, que en un mes ganará Wimbledon. “Siempre creí que podía ganar en Roland Garros. Y ahora creo que puedo ganarlo otra vez”, dijo de cara al futuro. “Jugué perfecto en todos los aspectos, en especial el mental.”
Expansivo y alegre, Ferrero habló, custodiando el trofeo parisino, de la lucha que entablará en los próximos meses con el australiano Lleyton Hewitt por el número uno del mundo.
“Vamos a ver qué hace Hewitt en Wimbledon. Yo tenía acá la presión de defender los puntos de la final, y él tiene ahora la de defender el título de Wimbledon. Mi rival por el uno es Hewitt, porque no creo que Agassi juegue diez años más.”
El valenciano defiende solamente 35 puntos en ese torneo, ya que perdió en segunda ronda en el 2002, y le bastaría con alcanzar la cuarta ronda y que Andre Agassi perdiera dos rondas antes que él para que su sueño se hiciera realidad.
Cuando se le preguntó por otros nombres, citó en primer término a Guillermo Coria –”el mejor entre los latinoamericanos”– y luego al chileno Fernando González, el único jugador que lo llevó a disputar cinco sets en Roland Garros.
Recordó emocionado a su madre, que murió de cáncer cuando él tenía 17 años –”supongo que hoy estaría en primera fila allí arriba, viendo mi partido”–, y confesó que ganar Roland Garros es de alguna manera una “liberación” para su carrera.