GANAN LOS WILLIAMS, SE CAE FERRARI...
Se viene lo mejor
La Fórmula 1 vive su campeonato más atractivo de los últimos años. Ralf Schumacher, ganador en Francia, acecha a su hermano Michael, aprovechando el guiño a su estilo de conducción que significa el nuevo Williams, que lo favorece más que a su coequiper Montoya.
› Por Pablo Vignone
Dos detalles llaman poderosamente la atención, acabado el Grand Prix de Francia, a seis carreras del final del tironeado campeonato 2003 de Fórmula 1.
1 Que Ralf Schumacher esté en condiciones, por primera vez en su campaña, de disputarle el título a su hermano Michael.
2Que sea Ralf y no Juan Pablo Montoya el abanderado de esta resurrección de Williams.
Explicar el segundo intríngulis arroja, necesariamente, luz sobre el primero. No deja de ser sorprendente que, después de la siesta que se durmió en Canadá, cuando persiguió durante 40 vueltas a su hermano sin siquiera intentar pasarlo, Ralf haya ganado dos Grands Prix en ocho días, quedando a once puntos de su hermano, líder del certamen, cuando quedan 60 unidades en juego.
Para eso no hay más explicación que la filípica que, seguramente, Ralf recibió de su manager, Willi Weber, que debe de haber sonado más o menos así: “Si yo me mato para conseguirte un contrato de 16 millones anuales, ayudame con la actitud”. Frank Williams dijo el sábado que quiere renovarle su contrato a Ralf (a lo que no estaba dispuesto tres meses atrás) pero “no a cualquier precio”. Así que el menor de los Schumacher prefirió despertarse.
Sin embargo, esa actitud no alcanza por sí sola para sustentar la razonabilidad de este momento de Ralf, el mejor desde que llegó a la máxima categoría hace siete temporadas. Porque, desde siempre, la F-1 son carreras de coches...
Patrick Head, el director técnico de la Williams, acude en ayuda. Lo hace más claramente que cualquier otra interpretación particular. “Ralf se acercó al punto óptimo del auto un poco más rápido que Juan –opina Head–. No creo que tenga que ver con algo de la velocidad de los pilotos, aunque hay una diferencia de experiencia y aplicación.”
“Si usted vio a Juan conduciendo en los óvalos de gran velocidad en Estados Unidos entonces se dará cuenta de sus rápidas reacciones con las manos y sus respuestas a los comportamientos inexplicables o variables de la parte trasera del auto. El Williams de este año no es fácil –aceptó Head– pero es más estable que el del año pasado y requiere menos corrección. Quizás es por eso que Ralf es más rápido que Juan.”
Así que ahí está: el Williams Fw25 de este año, mucho más corto entre ejes que el Fw24 de 2002, es más “manejable”, menos rebelde; ese, el escenario anterior, era un terreno más propicio al manejo agresivo de Montoya; éste, más sedado, le permite a Ralf sentirse mejor.
Lacónicamente, Montoya confirmó ayer, tras la carrera, la tendencia. “No estaba cómodo en el auto”, apuntó.
Williams había arrancado el año como tercer equipo, detrás de McLaren y Ferrari. En diez Grands Prix, superó a ambas escuderías en rendimiento, aunque todavía no se ve reflejado en la tabla de la Copa de Constructores.
Esa superación, según el team manager Sam Michael “llegó del departamento aerodinámico y el intenso trabajo de Michelin para desarrollar los neumáticos”. A Williams regresó esta temporada Frank Dernie, un ingeniero que estuvo en el equipo en la época de Carlos Reutemann, y que supo acomodar algunos tantos.
La movida de Williams aprovechó, hay que hacerlo notar, el quedo de Ferrari. La F-2003 GA pintaba para mucho, pero en estas últimas carreras ha sido claramente superada por el coche inglés. El papel jugado por los neumáticos en el creciente calor del verano europeo se reserva buena parte de la responsabilidad.
“Cada vez estamos más cerca de Ferrari, pero prefiero no pensar en la posibilidad del título, porque en la F-1 las cosas pueden cambiar muy de prisa”, dijo Ralf. “Por supuesto que estamos algo preocupados, pero ahora empezaremos a trabajar intensamente con Bridgestone para revertir la situación. Esto no es una crisis, ya que he ampliado mi ventaja en el campeonato sobre el segundo clasificado, Kimi Raikkonen, y estoy seguro de que dentro de poco vamos a dejar esta mala racha de resultados”, contestó Michael.
El mayor de los Schumacher se atiene a la frialdad de la tabla, pero lo cierto es que McLaren ya no es el rival, y debería fijarse menos en Raikkonen y más en su hermano (11 puntos detrás) y Montoya (a 17 puntos).
Con todo, sigue siendo el Mundial más apasionante de los últimos años. ¿Qué duda cabe?