EL CAMPEON CELEBRO SERENAMENTE EN SU CANCHA LA 31ª CONQUISTA
Toda la fiesta de River
River tuvo su fiesta en el Monumental por la celebración del Clausura. Con la presencia de viejas glorias que participaron en la entrega de las medallas al plantel de Pellegrini, y con la sombra del drama que vive el negro Astrada –que se despidió–, los jugadores dieron la vuelta ritual, se disfrazaron y cerraron entre música y colores una tarde de festejo multitudinario.
› Por Adrián De Benedictis
Y River tuvo su fiesta. Después de la obtención del título número 31 de su historia, alcanzado la semana pasada en Bahía Blanca, el equipo pudo celebrar en su estadio una nueva estrella. Igualmente, el secuestro del padre de Leonardo Astrada, capitán del plantel, hizo que el festejo de los protagonistas no fuera tan efusivo. Por la difícil situación que vive la familia del volante, que ayer se alejó del fútbol, las demostraciones de felicidad estuvieron signadas por la moderación. Astrada se despidió con el honor de ser el hombre que más campeonatos ganó con la camiseta de River: 13.
Los jugadores aparecieron en el campo de juego a las 14.58 y comenzaron a dar la vuelta olímpica con suma tranquilidad. Encabezados por el ahora ex jugador, todos los futbolistas caminaron alrededor de la cancha, mientras las plateas San Martín y Belgrano estaban cubiertas por largas banderas que descendían desde los sectores más altos del estadio. Astrada lucía una remera con la foto de su padre en el pecho, y con una inscripción en la espalda que decía: “Papá: Te estamos esperando”. La cara del volante central evidenciaba mucho dolor.
Cuando se dirigieron hacia la cancha, los compañeros de Astrada también se colocaron una remera con la insignia “Fuerza Leo” y el número cinco en el dorso. Los jugadores de Racing, apenas pisaron el suelo del Monumental no dudaron en abrazar a su rival. Para sorpresa de muchos, Astrada jugó desde el inicio en lugar de Eduardo Coudet, quien estaba anunciado en la formación titular. Y luego de rematar desde afuera del área por arriba del arco, Astrada le dejó su lugar precisamente a Coudet. Fueron apenas 12 minutos, los últimos de su exitosa carrera.
Antes del comienzo del partido se realizó un minuto de silencio en repudio a la inseguridad que azota al país. En ese momento, a Astrada se lo vio al borde de las lágrimas. Esas lágrimas que pareció no contener en el momento de dejar la cancha para siempre.
Después de la victoria de Racing por 3-1, River completó el festejo que tenía preparado. Con bengalas, humo de color rojo y blanco, y papeles que arrojados hacia el cielo, un grupo de acróbatas hizo su número con la ayuda de una grúa. Al mismo instante, los jugadores bailaban formando una ronda, cada uno con una peluca de diferente tono en su cabeza. Luego los futbolistas se subieron a uno de los camiones aportados por la empresa cervecera que auspicia en la camiseta, y comenzaron a bordear el campo para el delirio de un estadio colmado. El único inconveniente lo sufrió el equipo de audio, que se cortó por espacio de diez minutos, justo cuando se escuchaba el himno del club, entonado por Ignacio Copani.
Una vez concluido el recorrido, los jugadores recibieron las medallas de campeón en un escenario montado dentro de la cancha. Para esa ocasión, las ex glorias de River se encargaron de entregarles los premios: Amadeo Carrizo, Walter Gómez, Juan Carlos Muñoz, Enrique Omar Sívori, Hernán Díaz, Norberto Alonso y Ariel Ortega fueron los que les ofrecieron el símbolo material del reconocimiento, algo que ellos supieron conseguir en múltiples oportunidades.
La fiesta llegaba a su fin, y River volvía a llegar a la cima con una nueva conquista. Para seguir agrandando su propia biografía, esa que continúa escribiéndose a fuerza de éxitos.
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