Por Patrice Burchkalter
Desde Hockenheim

Nadie estuvo en condiciones de rivalizar con Juan Pablo Montoya y su Williams-BMW, irresistible ganador del Grand Prix de Alemania, duodécima carrera del campeonato mundial de Fórmula 1. En particular porque Ralf Schumacher, con el otro Williams; el finlandés Kimi Raikkonen, con McLaren-Mercedes; y el brasileño Rubens Barrichello, con Ferrari, quedaron fuera de carrera apenas iniciada la prueba, víctimas de un choque entre ellos, del que los comisarios consideraron al alemán como responsable. El menor de los Schumacher tendrá que comenzar la próxima carrera, en Hungría, diez puestos más atrás de lo que determine la clasificación, porque así fue sancionada su falta, aunque Williams apeló la medida.
Con ese panorama, el colombiano pudo lanzarse a fondo sin rivales a la vista. Por su lado, Michael Schumacher (Ferrari) bien pudo haber pensado que la suerte estaba de su lado en una carrera en principio poco favorable para la escudería italiana. De los cinco candidatos al título mundial alineados en la salida, tres quedaban bruscamente de lado.
Luego, el español Fernando Alonso (Renault) cometía una falta en la vuelta 31, y el otro Renault del italiano Jarno Trulli, con algunas dificultades, quedaba atrás en la vuelta 59 y así Michael Schumacher pasaba a un inesperado segundo puesto. La fortuna parecía sonreír al alemán pentacampeón del mundo, hasta que...
Quizás una consecuencia de un corto recorrido por fuera de la pista al superar a Trulli, el coche italiano quedó desequilibrado y, a escasas vueltas del final, reventó el neumático trasero izquierdo. Schumacher entró lentamente a boxes y volvió a la pista, pero todos los sueños se habían desvanecido. Apenas un séptimo puesto.
El escocés David Coulthard (McLaren-Mercedes) aprovechó para ubicarse en el segundo lugar, Trulli logró subir al podio, a pesar de estar enfermo, afiebrado, y Alonso aportó a Renault algunos puntos más, mientras Toyota hacía una buena operación. Con el francés Olivier Panis quinto y el brasileño Cristiano da Matta sexto, la escudería japonesa dio un salto en el campeonato de constructores, del noveno al sexto lugar.
Para Michael Schumacher, el Gran Premio en su tierra finalmente tuvo su lado positivo. El séptimo puesto le permitió mantenerse primero en el torneo de pilotos y a Ferrari de hacer lo propio en constructores, dos puntos por encima de Williams.
Pero el quíntuple campeón mundial tiene ahora un nuevo gran rival en la carrera por el título: Juan Pablo Montoya, segundo a sólo seis puntos de Schumacher. En cuanto a Ralf, esperaba que Hockenheim lo pusiera en buena posición para pelear la corona mundial con su hermano. Pero un golpe de volante desafortunado dio por tierra con los planes.
Montoya saboreó con deleite esta victoria, la segunda de la temporada luego de la conseguida en Mónaco y tercera de su carrera, que lo transformó en el hombre fuerte de Williams-BMW, en el principal adversario de Michael Schumacher.
“Todavía quedan cuatro carreras y puede pasar cualquier cosa. Este domingo todos lo pudimos constatar con los Schumacher. Nadie está al abrigo de una cosa así –analizó con prudencia el colombiano luego de la carrera–. Aunque en los próximos circuitos deberíamos marchar bien, lo más importante será terminar, marcar puntos en cada carrera...”