Lo actuado por River y Boca en Mar del Plata dejó mucha tela para cortar, pulsaciones a mil y violencia explícita incluidas. Las tres expulsiones que sufrieron los xeneizes señalan la necesidad de diálogo entre Arruabarrena y sus dirigidos. Mientras que la incapacidad de los millonarios para aprovechar la superioridad numérica durante más de 80 minutos remarca que los dirigidos por Gallardo aún no salen del pozo futbolístico en el que cayeron tras la obtención de la Libertadores.
Por Daniel Guiñazú
FúTBOL › LOS ERRORES QUE CONDENARON A BOCA A LA DERROTA EN MAR DEL PLATA