FúTBOL › NUEVO MODELO, PARECIDO AL 2003
River jugó como el otro
Por Adrian De Benedictis
A pesar de que sólo disputó dos partidos oficiales, uno por la Copa Libertadores y el de ayer ante Chicago, esta nueva versión de River apenas se diferencia de la que despidió el 2003 bajo el mando de Manuel Pellegrini. Entre los puntos fundamentales entre aquel equipo y éste encabezado por Leonardo Astrada se encuentra la falta de un conductor preciso. Como todas las expectativas están centradas en la recuperación de Marcelo Gallardo, el capitán y líder natural, hasta el momento ninguno de sus reemplazantes se pudo adueñar de esa función. Quizás en ese aspecto se puede encontrar la respuesta al empate obtenido ayer, y también ante el Deportivo Táchira, el último miércoles.
En ese encuentro ante los venezolanos, Luis González no clarificó los caminos para llegar a la victoria; y frente al equipo de Mataderos, ni Ludueña primero ni Montenegro después tuvieron el oportunismo justo para ordenar los circuitos de ataque. De esa manera, el goleador Cavenaghi quedó aislado del resto durante gran parte de los partidos.
Pero ésa no es la única similitud con el plantel dirigido por el ingeniero chileno. En el sector defensivo, River continúa manteniendo problemas de coordinación, sobre todo entre los defensores centrales y los laterales. La última línea queda descompensada generalmente por el sector derecho, debido a que Juan Fernández juega casi en el mediocampo, colaborando en la marca con el volante central, y ese lugar no es ocupado con criterio. Encima, si algún zaguero sale a marcar cerca del círculo central, el equipo queda demasiado expuesto si no consigue la pelota. En esta zona, precisamente, la decisión de dejar tres hombres en el fondo es uno de los factores diferentes que tiene este River 2004.
Al igual que lo que exhibió en el verano, Astrada pretende que su equipo presione la salida del rival para quitarle rápido la pelota, y así poder desbordarlo por los dos costados. Sin embargo, eso no lo pudo demostrar ante Chicago, que también pretendió disputar la pelota lejos de su arco. Eso mismo le sucedió ante el Táchira, sobre todo en el segundo tiempo.
Con la desventaja luego del gol de Tilger, el entrenador Astrada buscó más profundidad en ataque, y terminó el partido con tres delanteros de punta: Cavenaghi, Cuevas y Sand. Igualmente no pudo prevalecer por capacidades individuales sino por un error del arquero De Olivera, que le posibilitó a Sand marcar el empate final. A esa altura, Juan Fernández se fue definitivamente a jugar como volante, por el sector izquierdo, y el ingresado Gabriel Pereyra cumplió la función del ex jugador del Borussia Dortmund alemán.
River todavía no pudo terminar de encontrar su nueva identidad. Y después de la buena imagen dejada en los partidos amistosos, aún no pudo alcanzar su primera victoria real.