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Lunes, 3 de mayo de 2004

FúTBOL

... y Boca y River ya juegan

Por J. J. P.

“Dependemos de nosotros”, dicen los jugadores de Boca y está claro que tienen razón porque si ganan todos los partidos, aun empatando con River, serán campeones.
“Dependemos de nosotros”, dicen los jugadores de River y también tienen razón porque si ganan todos sus partidos, incluido el clásico, serán campeones.
Por supuesto que Boca y River no están solos y sus futuros rivales en este campeonato aportarán lo suyo, pero el encadenamiento de resultados lleva a los equipos de Bianchi y Astrada a una pelea cuerpo a cuerpo que hace suponer que se definirá en un solo round. De hecho, cuando los jugadores dicen que dependen de ellos se están refiriendo a esto de que el que se quede con el Superclásico será el campeón. El partido, en cuestión, ya se disputa en el marco de todos los análisis y fundamentalmente en el psicológico.
¿Qué tiene Boca para ganarle a River? Antes que nada, la condición de local y el peso de la historia más reciente en la que ha sacado una ventaja importante. En segundo lugar, la tranquilidad de saber que un empate no sería un mal negocio, con todo lo que ello implica.
¿Qué tiene River para ganarle a Boca? La motivación porque viene levantando en las últimas fechas y la conciencia de que está físicamente un poco mejor que su rival, que parece cansado y que con un par de empates seguidos perdió esa sensación de invencible que venía dando.
El análisis técnico tiene múltiples aristas. Es difícil adelantar quiénes van a ser los 22 jugadores del clásico, pero si no ocurre nada extraño, si no se lesiona nadie, si se recuperan bien Burdisso, Abbondanzieri y Juan Fernández, se puede pensar en estos protagonistas (ver recuadro).
Con estos actores, River tiene más juego en la mitad de la cancha, pero Boca impone una mayor presencia física. Se puede sintetizar esta idea en los nombres de Mascherano y Cascini: uno juega más y puede ser el eje del toque; el otro tiene la experiencia y la viveza necesaria para ejercer el control del juego y desacomodar a todo el equipo contrario.
River tiene también mejores perspectivas de asociación ofensiva del enganche y los dos de punta. Del medio hacia adelante, el cuadro de Astrada tiene variantes muy interesantes porque también están en los primeros lugares de la lista de espera Montenegro (será titular si Gallardo no está al ciento por ciento), Sand, Sambueza y Maxi López. Sin embargo, en el fondo, que de por sí no es muy sólido, no cuenta con demasiado recambio, aunque Rojas podría entrar por Fernández.
Boca, por su parte, tiene a Calvo, Jerez y Crosa, y tiene también la posibilidad de cambios de puestos, porque Perea puede jugar como central o lateral y porque Calvo puede marcar cualquiera de las dos puntas. Con Burdisso –que no jugó los últimos tres partidos en los que Boca les dio chances a sus rivales– ganará mucha consistencia en el juego aéreo.
Mucho dependerá todo de cómo funcionen los de punta de los dos equipos, y especialmente Tevez y Cavenaghi, que son capaces de romper con cualquier esquema que pretenda bloquearlos. Otra de las claves está en cómo tome Cagna a Coudet, que es un arma de sorpresa ofensiva de River. El volante, que tuvo una actuación decepcionante en el último Superclásico, está ahora en un buen momento. Por supuesto, también hay que considerar que será vital, como en cualquier partido de fútbol, la suerte.
Llegan parejos, cada uno con lo suyo y se juegan todo. Nada es seguro; sólo que van entregar el alma en esos 90 minutos.

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