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Resultó curiosa la tarde para ambas hinchadas. Es que durante muchos pasajes, tanto los de River como los de Central estuvieron más pendientes de la radio que del propio partido que estaban mirando. Sin embargo, los goles rápidos de Belluschi y Marino en Rosario apagaron muy pronto las ilusiones de los dos bandos, ayer hermanados a la espera de una derrota de Newell’s que nunca llegó. Así, como las noticias de la radio no eran alentadoras y en la cancha no pasaba demasiado, los simpatizantes de los dos equipos vivieron su propia historia.
Con los resultados de los involucrados en la pelea casi asegurados (todos 2-0), ya no hubo especulación de los rosarinos, que se fueron resignando de a poco por la tibia producción de sus jugadores. Al menos se quedaron con el consuelo de que la victoria de Vélez postergó el festejo de Newell’s por una semana, con una mínima esperanza de que el conjunto de Liniers consiga forzar un desempate.
Del otro lado, los hinchas de River no se mostraron muy desilusionados por el campeonato perdido. Durante todo el segundo tiempo alentaron a sus jugadores, ovacionaron a Leonardo Astrada –respondió con un saludo en el medio del partido– y se fueron revoleando las remeras, a la espera del próximo torneo. Además, aprovecharon la ocasión para cantar contra Boca. No hubo ningún reproche y en la despedida aplaudieron a todos los futbolistas, que respondieron a su gente de la misma forma.