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Jornada funesta para los DT
“No hay dos sin tres” es la frase que le cabe justa a la quinta fecha del Clausura con relación a las renuncias de entrenadores, producto de los malos resultados. El primero en irse fue Pablo Morant, de Huracán de Tres Arroyos; a éste le siguió Luis Garisto, de Instituto, y a última hora se les sumó el entrenador de Gimnasia, Carlos Ischia.
Lo del ex ayudante de Carlos Bianchi había crecido como un rumor incluso antes del inicio del encuentro que su equipo iba a perder frente a Boca. Pero el presidente del club platense, Juan José Muñoz, se había encargado de desmentirlo. Se equivocó, porque el técnico ya les había comunicado a los jugadores su decisión antes del partido y éstos le habían pedido a Ischia que se quedara.
“Cuando uno se da cuenta de que no puede seguir, lo mejor es dar un golpe de timón. Hay buenos jugadores en el plantel que pueden sacar esto adelante”, comentó el entrenador, en zona de vestuarios. “Gimnasia se merece todo el respeto, y le agradezco mucho por todo. Hay un promedio bajo y hay que revertirlo. La decisión ya estaba tomada, ya se lo había dicho a los jugadores, no fue este resultado. Fue una decisión personal. Los jugadores me pidieron que me quedara”, explicó Ischia a la prensa.
“Lo decidí en beneficio del club y del plantel. Cuando uno se da cuenta de que no puede revertir determinadas situaciones, debe irse. Seguramente otra persona mejorará el equipo. No podía ser tan terco como para quedarme”, admitió el técnico.
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