El Abierto de Australia es un torneo muy especial para Guillermo Coria. Se disputa en una superficie que le gusta, en pleno verano, y coincide con varios aniversarios importantes. Sin embargo, nunca logró pasar de cuartos. En busca de romper ese maleficio saltará esta noche a la cancha para disputar la primera ronda frente al rumano Victor Hanescu, al que ya derrotó en las dos ocasiones en que se midieron, en Sopot y Roma 2003, en ambos casos sobre polvo de ladrillo.

Coria y Hanescu podrían representar las dos caras del tenis profesional. Se llevan escasamente siete meses de diferencia y ambos llegaron al circuito en el 2000, pero sus caminos se separaron pronto. El argentino se lanzó hacia el estrellato y ya acumula nueve títulos, mientras Hanescu aún espera alcanzar su primera final.

Partiendo como sexto favorito, Coria llega al primer Grand Slam del año con los 24 años recién cumplidos y escasos días después de haber celebrado su segundo año de casado. Precisamente su mujer, Carla, es la protagonista del tercer festejo que el tenista espera acontezca en Melbourne: el próximo viernes cumple 22 años.

Coria es uno de los cuatro argentinos que el sorteo situó en la parte alta del cuadro. Los otros son Juan Ignacio Chela, Carlos Berlocq y Juan Mónaco. De ellos, Chela es quien más experiencia tiene en Australia, y la necesitará para derrotar a la última gran esperanza del tenis británico, Andy Murray. El joven escocés tiene 18 años y juega su tercer Grand Slam, pero la prensa británica ya ve en él al hombre que pondrá fin a las varias décadas sin un “grande” de los inventores del tenis.

Berlocq, por su parte, debutará en Australia ante el alemán Bjorn Phau, todo un “veterano” de 26 años que nunca pasó de la segunda ronda en un Grand Slam. Y Mónaco se medirá a Jean-René Lisnard, también de 26 años y que recientemente cambió la nacionalidad francesa por la monegasca, su lugar de residencia. También mañana debutará Gisela Dulko, que se medirá con la estonia Maret Ani.