El que jugó ayer un partido especial fue sin duda Ariel Ortega. El delantero fue el protagonista del receso veraniego, a partir de la posibilidad de pasar a River. Como los dirigentes de ambas instituciones no llegaron a un acuerdo económico, finalmente Ortega siguió su carrera en Newell’s. Por todo eso, el jujeño gritó ayer de manera distinta el tercer tanto de su equipo: luego del derechazo que dejó parado a Lux, el goleador se sacó la camiseta, saludó a la tribuna visitante y le hizo un gesto con las manos (el puño derecho cerrado apoyado en la palma izquierda). Esa señal habría sido una clara interpretación hacia los dirigentes del club de Núñez, remarcándole que si quieren contratarlo deben pagar el dinero correspondiente. Después del partido, Ortega, con una sonrisa pícara, intentó explicar que ese gesto fue hacia el presidente de Newell’s, Eduardo López, por el premio que les había prometido por ganar los tres puntos.

Cuando se confirmó que Ortega no pasaría a River para jugar este torneo, el jugador acusó a los directivos de haber utilizado su nombre políticamente, ya que en Núñez se realizaron las elecciones en diciembre pasado. Lo que está claro es que Ortega jugó tres partidos ante su ex club y en los tres convirtió goles. Antes de iniciar el partido, Ortega se dio un fuerte abrazo con Daniel Passarella, el técnico que lo hizo debutar en Primera División. Ahora habrá que esperar hasta mitad de año para saber el futuro de Ortega.