1. Convencimiento. La rapidez con la que Boca cerró la contratación de Miguel Angel Russo habla del convencimiento de los dirigentes sobre las condiciones del ex técnico de Vélez. Esto se potencia si se tiene en cuenta lo que arrojó como resultado la apuesta por La Volpe: Boca no alcanzó el record de partidos ganados, nunca encontró el sentido del replanteo táctico y, como broche nefasto, perdió el tricampeonato tres veces, ante Belgrano, Lanús y en la final con Estudiantes.

2. Banca. Antes de contratar a La Volpe, Boca hizo un intento por Russo, que no prosperó. En ese momento no quiso dejar a Vélez a la deriva en el medio del torneo, como sí sucedió con Boca y la ida de Basile a la Selección. Había sido nada menos que Diego Maradona el que puso el nombre de Russo sobre la mesa. Boca volvió a buscarlo tres meses después y encontró al DT dispuesto a desvincularse de Vélez y aceptar, a altas velocidades, el nuevo ofrecimiento. También es amigo de Basile, con quien charla de fútbol.

3. Orden. A diferencia de su antecesor, Russo no buscará imponerles un sistema táctico diferente del que sientan más cómodo los jugadores. Es de esperar que Boca retome el clásico 4-3-1-2 que tantas alegrías le dio durante los mandatos de Bianchi y Basile. El flamante entrenador admitió que su opinión es que “el sistema se debe adaptar a los jugadores”.

4. Perfil. Ya no habrá espacios para “helicópteros”, “valijas preparadas” o “si pierdo, me voy” de los últimos meses. Russo no es de hablar de más y como ningún otro DT en el medio local conserva un perfil de hombre serio y trabajador. En Boca, quedó demostrado, el que habla poco, dura más.

5. Experiencia. En el primer semestre del 2007, Boca peleará dos objetivos: la Copa Libertadores y el Clausura, aunque la prioridad estará en la cita internacional. Russo viene de ganar con Vélez el Clausura 2005 y además llevó al equipo a los cuartos de final de la última edición copera. Vélez fue el mejor equipo de la fase regular y terminó siendo eliminado en cuartos, tras el Mundial de Alemania, cuando el equipo ya había sufrido las ventas de Gracián, Somoza y Roly Zárate y una lesión de Castromán.

6. Refuerzos. Tienen chances de llegar Marioni, Clemente Rodríguez y hasta Leandro Gracián, uno que le gusta mucho al DT. Y también está en la mira Somoza, aunque el Villarreal no piensa por ahora cederlo.

7. Equilibrio. Es una marca registrada de Russo el hecho de armar equipos mezclando juveniles con jugadores experimentados. Lo hizo en Central con éxito y lo repitió en Vélez con iguales resultados. En Boca se encontrará con los chicos promovidos por La Volpe y habrá que ver si los tiene o no en cuenta. Todo indica que se verá un equipo mixto.

8. Mellizos. Russo sabe que está en Boca gracias a que Guillermo Barros Schelotto no agarró el cargo ofrecido por Macri, para poder disputar la Copa Libertadores. Habrá que esperar para ver si eso cuenta a la hora de armar el equipo. Como gesto, el DT sacó a la luz la excelente relación que tuvo con el otro Mellizo, Gustavo, en Central: “Uno de los jugadores más inteligentes que tuve”.

9. Madurez. Russo tuvo mucho que ver en lo que Palermo considera el peor momento de su vida deportiva, cuando no era tenido en cuenta en Estudiantes (de Russo) y terminó a préstamo en San Martín de Tucumán. Después llegaron los años de gloria. Entre una cosa y otra pasaron diez años. Ahora, el DT valora al goleador y contó que lo mismo le pasó con Sessa y Gracián, hoy entre sus preferidos.

10. Respeto. Es clave para Boca contar con un DT que imponga respeto sobre los rivales. Los equipos de Russo son batalladores, pero no renuncian nunca a atacar. Habrá que ver qué equipo arma con los jugadores que tiene en Boca, lejos el mejor plantel entre los que tuvo a su disposición.