Se jugaba el Mundial juvenil de Portugal en 1991, y Argentina, dirigida por Reinaldo Merlo, quedaba eliminada en medio de un escándalo que encabezó Juan Esnaider. De tal magnitud fueron los incidentes, que la FIFA suspendió a la Selección, por lo que la camada siguiente de chicos no pudo participar en la edición de 1993. Para el torneo posterior, Julio Grondona le entregó la responsabilidad de la conducción a José Pekerman, con Hugo Tocalli como ayudante. Desde ese momento, los éxitos de los juveniles argentinos se sucedieron en cada torneo, hasta conseguir ayer el quinto título en las últimas siete ediciones. Con el agregado de que casi todos los equipos nutrieron luego a la Selección mayor.

El bautismo de la conducción de Pekerman llegó en Qatar ’95, con un grupo de jugadores que apenas asomaba en Primera División, un fenómeno que con los años se fue modificando hasta llegar al título de ayer con futbolistas con mucha experiencia y algunos, hasta consagrados. El capitán Juan Pablo Sorin, el arquero Joaquín Irigoytía, Ariel Ibagaza y Leonardo Biagini eran los estandartes del equipo que superó 2-0 en la final a Brasil y que, con el tiempo, fue el que menos jugadores promovió a la mayor.

Dos años después fue el turno de Malasia ’97, un torneo que quedó en la memoria gracias a una formación que obtuvo el título luego de superar 2-1 a Uruguay en la definición. Y que con el paso del tiempo se transformó en un semillero fundamental para la Selección, con figuras como Juan Román Riquelme y Pablo Aimar. Ellos junto a Leonardo Franco, Leandro Cufré, Diego Placente, Lionel Scaloni, Walter Samuel y Esteban Cambiasso llegaron a disputar un Mundial de mayores.

La camada siguiente sufrió un duro revés en Nigeria ’99 , aunque con un atenuante importante, que fue la ausencia de sus principales figuras. A esa altura, con jóvenes ya fundamentales en sus respectivos equipos, los dirigentes no siempre los cedían a la Selección. Sin Javier Saviola ni Aimar, la Sub-20 se volvió en cuartos de final tras perder 4-1 con México.

Con la responsabilidad de la organización del torneo, la AFA se preocupó para la conformación del equipo en la edición siguiente, en la que volvieron las mejores figuras. Con Saviola como estrella y goleador, el equipo argentino tuvo a Nicolás Burdisso, Fabricio Coloccini y Maxi Rodríguez entre los que luego fueron mundialistas, y otros jugadores con paso por la mayor como Andrés D’Alessandro, Germán Lux o Leonardo Ponzio. La final fue un contundente triunfo 3-0 sobre Ghana, en lo que significó la despedida de Pekerman de los juveniles.

En 2003 se dio otra vez la ausencia de la principal estrella del equipo, en este caso Carlos Tevez. Como el Mundial de Emiratos Arabes se postergó por la invasión a Irak, la fecha de disputa coincidió con la realización de la Copa Intercontinental, que Boca le ganó al Milan. Sin el delantero, Argentina, dirigida por Tocalli, cayó en las semifinales ante Brasil, con una formación en la que sobresalía Javier Mascherano.

Para la edición anterior en Holanda, la figura del campeón que conducía Francisco Ferraro fue Lionel Messi. Con el delantero del Barcelona como goleador y mejor jugador del certamen, Argentina superó a Nigeria en la definición. A su lado también estaban Oscar Ustari, mundialista en Alemania 2006; Fernando Gago, integrante del equipo que participó en la última Copa América, y Sergio Agüero, que ayer se coronó campeón, goleador y mejor jugador del torneo.