A partir de los hechos de violencia que viene protagonizando la hinchada de River, el operativo de seguridad que se realizó ayer en Lanús fue muy exhaustivo. En uno de los cacheos para ingresar a la tribuna visitante, los simpatizantes debieron quitarse el calzado para que también fuera revisado. Además, todos los que poseían cinturón tuvieron que dejarlo dentro de una bolsa donde quedaron mientras se desarrolló el partido. En el sector de River nuevamente no se vieron banderas en el interior de la cabecera, y sólo aparecieron las que permanecen sostenidas en los alambrados. En las inmediaciones del estadio se detectó a personas que revendían entradas.