El único gol del globo en el fin de semana no lo hicieron en Parque Patricios, sino en Inglaterra, en el partido en el que el Sunderland le ganó al Liverpool con un curioso tiro que se desvió en un globito y descolocó al arquero. Huracán provocó varias llegadas, pero no tuvo la suerte del Sunderland y, peor aún, tuvo la desgracia de que en el arco de River estuviera Vega, la figura de la cancha. El arquero de Huracán también anduvo fenómeno y por eso River se fue zapatero.

Es verdaderamente curioso que terminaran con el marcador cerrado después de tantas oportunidades; tan curioso como que estuvieran tan cerca del gol en medio de tanta pobreza técnica.

River es un equipo en restauración. Astrada lidia con los restos anímicos del plantel que heredó y ayer juntó a todos los veteranos (Ortega de punta, Gallardo en el medio, Almeyda de central), recuperó a Nico Domingo y cambió el arquero. Pero en gran parte del encuentro padeció los mismos problemas de Gorosito, un mediocampo sin presencia, poca elaboración de juego. Las mejores señales ofensivas las dio Buonanotte, especialmente cuando se abrió bien sobre la derecha.

Huracán también sigue buscando un equipo, a pesar de que ya van 9 fechas. En el campeonato anterior, a esta altura, ya era candidato; en éste, el pobre Cappa tiene que arreglarse con lo que hay y sigue probando. Jugó el pibe Ortiz, que es un interesante proyecto, pero está tierno. Hubo un rato del primer tiempo, entre los 10 y la media hora, en que el equipo manejó con buen criterio la pelota ante un rival tibio plantado como equipo chico (o achicado, si se prefiere), lo demás fue puro empuje. El técnico tiene claro qué pretende, los jugadores entienden el mensaje, pero los intentos en la mayoría de los casos suenan desafinados.

Por el empuje, por las ganas, por los tiros de Toranzo, Huracán estuvo cerca de quedarse con la victoria. River también pudo ganarlo, porque de vez en cuando Ortega y Gallardo meten un pase como la gente, porque Mauro Díaz es capaz de gambetearse a media defensa rival y porque Buonanotte siempre inquieta. Si se editaran sólo las llegadas puede quedar la falsa idea de un partido sensacional. No hay que exagerar. Hicieron lo que pudieron, pusieron muchas ganas y armaron 90 minutos intensos, entretenidos.