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Cualquier piloto de rally que complete la vuelta en el Dakar se pasará al volante casi la misma cantidad de kilómetros que un piloto de Fórmula 1 que corra toda la temporada... y en algunos casos compartiendo el espacio físico con el navegante. Para colmo, este Dakar de Sudamérica ofrece desafíos más exigentes que en Africa, a nivel de las temperaturas que se sufren durante la prueba.

Por eso, los equipos más importantes tratan de dotar a sus “empleados” de las mejores “oficinas” para poder llevar a cabo la tarea encomendada, que en muy pocos casos resulta ser la victoria. Volkswagen, el equipo más formidable de este Dakar, asegura que el interior de su Race Touareg 2 –de las que ya hay cuatro en los cinco primeros lugares de la general– “ha sido diseñada para una eficiencia sin compromisos”. Los controles en la cabina de una de esas máquinas (en la foto superior, la de Carlos Sainz), “han sido dispuestos para una operación óptima tanto por parte del piloto como del navegante”. Este último tiene acceso incluso a dos unidades GPS de navegación satelital (una está instalada como repuesto, por si falla el original) y dos trip-masters (que van indicando la ruta a seguir, también uno de repuesto), para que el piloto sólo tenga que concentrarse en el camino, los comandos y, a lo sumo, la dirección del compás instalado sobre el tablero.

Otros dos controles están a la vista: un limitador de velocidad, que reduce la marcha cuando el auto atraviesa ciudades y pueblos para cumplir con las reglamentaciones vigentes, y el comando para el gato hidráulico, que hay que accionar cuando se pincha una cubierta y hay que cambiarla. Por supuesto, también hay un aparato de aire acondicionado, que no es obligatorio ni frecuente en los automóviles de competición.

Claro que no todos los vehículos están equipados con semejante confort. Las máquinas de equipos que no son oficiales (como la foto de abajo, el Toyota de Nelson Benítez, el segundo argentino mejor ubicado en la carrera) tienen un tablero generalmente standard, aunque con GPS y navegador incorporados. Para pasarse casi 800 kilómetros en ocasiones arriba de estas oficinas, a temperaturas que rozan los 40 grados, no están nada mal...