Ante la pregunta sobre a qué a se debía tanta tristeza, Del Potro contestó: “No es lindo (perder) después de tanta lucha, él jugó realmente muy bien y uno de los dos tenía que vivir esta situación. No sé qué reprocharme porque corrí hasta lo último; ir de atrás es difícil, yo estuve dos sets a uno abajo y lo emparejé, buscando cosas por donde quizá no las había”. Del Potro trazó un paralelo entre aquellas dos semanas “mágicas” del US Open y ésta que transcurrió en Melbourne. “Aquí me tocaron partidos muy duros, es el primer torneo del año; además, todos estos temas físicos. No sé, capaz que la cabeza estuvo un poco más en otro lado que en la preparación en sí, aunque sin duda podía correr hasta lo último.” El tandilense negó que la presión que implica haber llegado a Australia como campeón del Grand Slam precedente le haya jugado en contra. “Fue lindo; no lo disfruté tanto como quería, porque tenía que estar mucho con los trainers dentro del vestuario, pero (la gente) te hace sentir que ya sos parte de la historia del tenis.” Ahora, Del Potro regresará a Buenos Aires, donde se hará revisar la muñeca por su médico antes de viajar a Marsella para su primer torneo en la gira europea indoor. “Me siento con cosas para mejorar, eso es bueno, la temporada recién arranca.”