FúTBOL › GABRIEL MILITO Y JORGE VALDANO
› Por Sebastián Fest
Desde Madrid
La tensión latente entre Gabriel Milito y Jorge Valdano, una historia que se arrastra desde hace casi siete años, estalló este fin de semana cuando el jugador se cruzó en una dura discusión con el director general del Real Madrid.
Según revelaron varias fuentes, el defensor argentino del Barcelona “recriminó al final del encuentro al directivo blanco, en una acalorada discusión cerca de la zona de vestuarios” tras el 2-0 de los catalanes sobre el Real Madrid.
“No pasó nada”, dijo ayer Valdano, que, según testigos presenciales, intentó en todo momento calmar los ánimos y evitar la discusión con su compatriota. Lo mismo hizo Josep Guardiola, entrenador del Barcelona.
El enojo de Milito se basa en dos hechos: la marcha atrás en su contratación por el Real Madrid en agosto de 2003 alegando problemas en las rodillas del jugador y las declaraciones de Valdano a DPA en agosto de 2009, en las que recalcó que “con el paso de los años aquel diagnóstico se reveló como real”, antes de agregar un “desgraciadamente”.
Según Valdano, no tuvo más alternativa que confiar en el diagnóstico del cuerpo médico del club: “Milito no puede fichar por el Real Madrid porque esa rodilla no puede aguantar tres partidos a la semana”, recordó el directivo que le dijeron los médicos.
Aquellas declaraciones de Valdano se produjeron en un momento especialmente complicado para Milito, cuando el central llevaba 16 meses sin jugar por una lesión de rodilla.
“Muchas veces, más que salir a afrontar las polémicas es mejor dejar que el tiempo las conteste. Para mí fue muy doloroso que Milito no llegara al club”, dijo Valdano en aquel entonces al explicar por qué seguía convencido de que fue adecuado abortar la operación Milito.
Valdano quedó fuertemente expuesto en aquella decisión de 2003, y la impresión de muchos fue que Florentino Pérez, presidente entonces y nuevamente presidente hoy, se había impuesto a su director de fútbol para descartar un jugador que nunca terminó de convencerlo. Era el inicio de la primera “era galáctica”, cuando se contrataban superestrellas, en lo posible glamorosas y con venta de camisetas garantizada. Milito no encajaba en esa descripción.
Días después de su frustrado pase al Real Madrid, el zaguero argentino fue a jugar al Zaragoza, donde actuó tres temporadas en gran nivel. Sus actuaciones le permitieron firmar en 2007 para el Barcelona, que pagó 20 millones de euros por el futbolista. En abril de 2008 se lesionó ante el Manchester United, y recién este año volvió a jugar.
En su regreso al fútbol a los 29 años, Milito está mostrando un gran nivel, y hay cada vez más voces en su país y en el Barcelona que reclaman su presencia en el Mundial de Sudáfrica dentro de dos meses. “Estoy seguro de que Maradona acabará convocándolo dentro de poco”, dijo Guardiola.
Milito llevaba guardada muy adentro su rabia por el trato que recibió del Real Madrid. Tan evidente fue que el sábado, al abandonar el campo de juego con un calambre, se retiró con lentitud, sonriente, apretando los puños y celebrando en dirección a los escasos hinchas del Barcelona en el Bernabeu. Leo Messi, gran amigo de Milito, intentó calmarlo y acelerar su salida del campo de juego. Pero no había forma de calmar a Milito, que esperaba desde hacía tiempo revancha. Y el momento llegó al filo de la medianoche, aun con la euforia del golpe que acababa de dar el Barcelona.
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