El partido que consagró a Argentinos acabó signado por la violencia. Unos 17 heridos –entre hinchas de Huracán y agentes de la Policía Federal– y al menos cinco detenidos fue el resultado de un feroz enfrentamiento entre barras y efectivos. La pelea se inició sobre el final del partido, en la esquina de la tribuna local que da a la calle Luna, cercana a la platea Miravé. La policía lanzó agua para dispersar, hasta que la contienda, ya cuerpo a cuerpo y con los efectivos defendiéndose a bastonazos, se trasladó a la otra punta de la popular, muy cerca de la platea oficial, donde hubo lanzamiento de gases lacrimógenos. La gresca se trasladó a la calle, donde se registraron disparos de balas de goma.