De aquel partido contra Tigre, una semana atrás, en el que perdía ocho de diez pelotas, a este de ayer, antes del codazo imperdonable, Ariel Ortega dio un paso adelante. Al menos alzó la bandera de la veteranía en una confrontación en la que los viejitos, por distintas razones, dejaron estampada su marca por sobre el brío de la juventud.

Ni Ortega (36) ni Matías Almeyda (36) ni Angel “Matute” Morales (35) terminaron siendo las figuras de la cancha, un honor reservado a Jonathan Maidana, respaldado por Angel Cappa por su velocidad, pese a no haberlas tenido todas consigo una semana atrás. Pero algunas gambetas del jujeño –y ayer le salieron unas cuantas–, ciertos cortes y cierres del jugador de Azul, más movedizo que en el arranque del certamen, y la inteligencia para pasar la pelota del ahora 10 de Huracán, alcanzan para arquear las cejas. Entre los tres superan el siglo, pero le insuflan algo más que entusiasmo al partido helado.

“Claro, se destacan los viejitos porque les sobra tiempo para pensar en cada jugada –opina el ex campeón mundial Jorge Burruchaga, entrenador sin trabajo que mata la tarde en la platea–. Son los únicos que pueden hacerlo. Y la tendencia se va a ir acentuando. No es fácil armar equipos con jugadores nuevos, es difícil incluso que salga buen fútbol de esa manera. Pero hoy quieren resultados hasta en las inferiores y no preparan futbolistas para esta instancia. Por eso Vélez, Estudiantes, Lanús se van a destacar de ahora en más en todos los campeonatos.”

Diez años mayor que Ortega, Burruchaga rechaza el convite a volver a calzarse la camiseta, como hizo Almeyda. “Recién veía a un plateísta gritar ‘dale, 19, dale’, por el 5 de Huracán (Marcos Brítez Ojeda). Lo llamaba por el número de la camiseta... ¡si no lo conoce! ¡No sabe cómo se llama! River trajo 10 jugadores nuevos, Huracán más todavía; hasta que se acomoden, son los más experimentados los que llaman la atención.”

El ex técnico de Independiente, Banfield y Arsenal elogió a River (“tiene cinco jugadores para defender y cinco para atacar”) y se lamenta porque no sabe “si vamos a volver a ver buen fútbol en este marco, con las urgencias de los clubes”.

En la cancha, el segundo tiempo se hace notar en el físico trajinado de los veteranos. Aun cuando Huracán tenga más la pelota, Matute ya no pasa tanto tiempo en contacto con el balón, el ímpetu quemero lo hace a un costado. Ortega ya no consigue la materia prima con la que fabricar ilusiones y se ligó la 12ª tarjeta roja desde que viste esa camiseta por aplicarle un golpe a Brítez Ojeda, el 19. En el barullo local, Almeyda se vio más superado que la dupla constituida por Maidana y Ferrero, y terminó sacándola a cualquier parte. Por un rato, los veteranos sacaron la emoción de la galera. Después volvieron a tomar el bastón.