Desde Junín

El Súper 8, el experimento que ensayó el TC 2000 para decidir la pole position ayer en lugar del sábado, no satisfizo todas las expectativas abiertas, y terminó con un anticlímax, luego de que varios minutos después de haber vencido a López en la llave final, Silva fue penalizado por adelantarse en la largada y así quedó segundo.

Un final frío para una prueba que despertó algunos momentos intensos (Ledesma casi choca a su compañero Canapino, éste se tocó con Silva en una semifinal, López le ganó de guapo la posición a Spataro en la semi restante) y que precisa ser más compacta, perder menos tiempo entre una largada y otra para ganar en agilidad y mantener el entusiasmo.

“Está bueno, pero no es de lo que más me gusta –reconoció López, el doble ganador del domingo–. Prefiero no tener que pasar por tantas cortadas de clavos”, bromeó el cordobés. “¿La verdad? No me tenía fe porque no soy un largador nato.”

De todas maneras, el ensayo tiene un objetivo de largo plazo: llevar el TC 2000 a un estadio de fútbol. La idea es repetir lo que hace el DTM alemán en el Olímpico de Munich, o la Carrera de los Campeones que ya pasó por Wembley, el Stade de France en Saint-Denis o el Nido de Pájaro de Beijing. Los planes son hacer una carrera completa con eliminación directa, ya no con los ocho mejores de la clasificación sino con todo el parque completo.

Es el próximo objetivo del titular del TC 2000, Pablo Peón, que afronta la organización, el próximo mes, de la carrera en el callejero de Buenos Aires. Ahora que el Rally Dakar, sponsoreado por el gobierno nacional a través del Ministerio de Turismo, abandona la capital para largar su edición 2012 desde Mar del Plata, la Jefatura de la Ciudad aprovecha el Obelisco vacío para darles más automovilismo a los porteños.

De todas maneras, cerca de la organización son conscientes de que afrontan el riesgo de una lluvia de recursos de amparo destinados a frenar la carrera. “No todos los que viven en la zona son fierreros”, reconocieron.