Desde Paraná

Rubén Salerno terminó 23º en Paraná, muy lejos de Rossi. Sus resultados deportivos no son los importantes, después de haber corrido más de 250 carreras de TC. Su carrera más importante es su hijo Eugenio, accidentado el año pasado en el autódromo de La Plata, en una carrera de TC Pista Mouras, en un accidente de mecánica similar al que le costó la vida a Guido Falaschi. Eugenio sobrevivió pero su recuperación es muy lenta. “Estaba viendo la carrera con él, y el accidente nos hizo revivir esos momentos duros –relata–. Yo, al menos, lo tengo vivo. Cuando pasó, dije: ‘Ojalá esto sirva para que no ocurra nunca más’, no tuve resentimientos. Ahora están todos contra todos, el automovilismo está equivocado. Pero no tengo dudas de que algo va a cambiar. Hay que formar una entidad independiente que se encargue de la seguridad en los circuitos, los pilotos no podemos ocuparnos porque vivimos de juntar el dinero para poder correr, y mi hijo requiere el ciento por ciento de mi atención: si yo me pongo a buscar las causas del accidente, gasto energía y lo descuido.”