El Mundial de Clubes fue el quinto título conquistado por el Barcelona sobre seis posibles en la presente temporada, el decimotercero sobre dieciséis desde que Josep Guardiola se hizo cargo del equipo en junio de 2008, en una campaña imparable de éxitos.

Guardiola, que se mira en el espejo de Johan Cruyff, superó a su maestro en agosto cuando llevó al equipo azulgrana a su duodécimo título desde su llegada: la Supercopa de Europa conquistada ante el Oporto.

Al cabo de la temporada se han llevado la Liga de España (su 21º título en la competencia doméstica), la Champions League (por cuarta vez), la Supercopa de España (10), la Supercopa de Europa (4) y ahora el Mundial de Clubes (2). Sólo dejó escapar la Copa del Rey, al perder 1-0 con el Real Madrid en Valencia. Esa derrota impidió al Barça igualar la temporada perfecta que selló en 2009, cuando ganó todos los títulos a los que aspiraba.

Los tres únicos títulos que el Barcelona dejó escapar desde junio de 2008 son dos Copas del Rey (la que perdió con el Madrid este año y la del 2010, en la que fue eliminado en octavos de final por el Sevilla) y una Champions League (eliminado por el Inter de José Mourinho en la semifinal, en 2010).

En este tiempo, el Barça batió records de puntos sumados, de victorias como visitante, de confiabilidad defensiva, casi todos los posibles, aunque, sobre todo, el Barça de Guardiola mostró la manera más bella de ganar.