- River fue abrumador en la primera etapa. Jugó todo el tiempo en terreno de Newell’s. Pero se confundía en los metros finales. Porque Cavenaghi no tuvo definición, Cuevas se perdió en la individual y D’Alessandro, por su capricho de talento, retardó siempre el juego.
- En el segundo, Newell’s pudo salir de contra. Y acertó en dos de ellas: una con Rosales y Manso, otra con Rosales y Marino. Entretanto, Silvani se encargaba de aguantarla para pinchar el ritmo de River.
- River no tenía claridad. Pero contó con la lucidez de Coudet y el oportunismo de Fuertes para igualar en primer instancia. Sobre el final, una pelota parada le permitió equilibrar el marcador por segunda vez. En este caso, con la involuntaria colaboración de Passet.