El entrenador de River, Matías Almeyda, anticipó ayer que tiene “muchísima fuerza para seguir”, a pesar de la derrota ante Racing, que dejó al club en zona de descenso. El conductor decidió suspender la habitual conferencia de prensa posterior al partido, pero antes de dejar el estadio Monumental, y ante la insistencia de los periodistas, aceptó responder algunas preguntas. “Hay que meterle para adelante. Trabajar es la única palabra que cabe en esta situación. Tengo fe en mi trabajo y en el grupo. Lo vamos a sacar”, argumentó.

Acerca del clásico perdido, Almeyda sostuvo que el rival sólo los superó en el marcador. “Fue parejo. River había sido superior. En el mejor momento, nos llegó el gol. Nos costó llegar al empate, pero nunca fuimos superados”, se defendió.

Por otra parte, el hombre de Azul lamentó la grave lesión que sufrió Jonatan Maidana, pero aclaró que todavía no decidió si pedirá un reemplazante. El defensor se rompió los ligamentos cruzados de la rodilla derecha, por lo que deberá soportar una inactividad que como mínimo será de seis meses.

En cuanto a la postulación pública que hizo Ramón Díaz para volver a dirigir a River, Almeyda se limitó a reclamar respeto. “Soy respetuoso de los demás. Y espero eso también de ellos. Cada uno puede expresar sus sentimientos y deseos”, precisó.

Mientras eso sucedía en la zona de los vestuarios, alrededor de 250 hinchas de River exteriorizaron su enojo hacia la comisión directiva, especialmente a la figura del presidente Daniel Passarella. El lugar elegido para la manifestación fue el hall ubicado en el anillo del estadio Monumental, donde los simpatizantes cargaron contra el titular del club, contra la comisión directiva y, en menor medida, contra los jugadores.

“Passarella botón, Passarella botón, vos sos hincha de Boca, la p... madre que te parió”, entonaban los exaltados hinchas. Alertados por la posibilidad de que se produjeran desmanes, la seguridad privada que trabaja en el club había tomado sus recaudos y procedió a colocar algunas vallas que impedían el acercamiento de los hinchas a la zona de vestuarios.