–Entre las primeras decisiones que tomó en la Selección, una fue poner a Messi de capitán. ¿Le exige que hable más o le gusta su liderazgo?

–Se tiene que sentir cómodo, y para eso tiene que ser libre. El tiene que hacer lo que desee hacer en cada uno de los momentos.

–¿El habla de fútbol con usted?

–Mantenemos la necesidad de hablar. Hay que tener en cuenta que los jugadores llegan cerca del día del partido y hay pocos momentos para dialogar. Aprovechamos algunos de los días previos, y es sobre todo alguna cosa puntual que yo tenga que decirle del punto de vista de la idea de juego. Hablamos lo justo y necesario. Pero es así con todos. Ellos saben la presión sobre la cual juegan y yo también, por eso no me gusta agregarle una presión extra.

–Sobre la posición en la cancha o sobre qué sector moverse, ¿alguna vez le sugirió algo a usted?

–Nosotros sabemos que contamos con una de las selecciones con mayor potencia ofensiva del mundo, y tenemos que sacrificarnos más cuando perdemos la pelota, sobre todo los delanteros. Ellos lo saben bien.

–¿Es consciente de que Argentina es un equipo diferente sin Messi?

–Justamente (el defensor del Barcelona Gerard) Piqué habló sobre Messi y dijo: “Es el mejor jugador del mundo, y nos ha dado tanto que es impensable que no estuviera”. En cualquier equipo donde esté Messi nunca va a ser lo mismo si está o si no está. Estamos hablando del Barcelona, el mejor equipo de los últimos 30 años, así que es una cuestión clara.