“Estás desorientado y no sabés qué ‘trole’ hay que tomar para seguir” (primeras palabras de “Desencuentro”, con letra de Cátulo Castillo y música de Aníbal Troilo, grabado en 1962), fue lo que a uno “se le representó” –hubiera dicho Niní Marshall– al encontrarse con las imágenes de tres pilotos fuera de sus vehículos discutiendo, más o menos animadamente en el medio del desierto, sobre la dirección correcta a tomar para poder seguir en carrera.

Por supuesto, la referencia es para el rally con nombre africano, pero que se disputa en países de América del Sur. Flaco favor le hace esta parodia de competencia al verdadero automovilismo de competición, con sus muertes garantizadas para cada edición, sus terribles insolaciones, sus monstruosas inversiones tanto de empresas privadas como de Estados y tantas desnaturalizaciones más.

Y confirmando el no saber qué “trole” hay que tomar para seguir, un ignoto piloto peruano abandonó en el camino su cuatriciclo, que apareció en la casa de un ciudadano catamarqueño.