Se había prometido a sí mismo dejar de hacerlas porque molestaban a sus rivales, pero el serbio Novak Djokovic volvió ayer al ataque con las imitaciones y eligió nada menos que a su nuevo entrenador, el alemán Boris Becker, como blanco. Fue Jim Courier, el ex número uno del mundo y actual entrevistador para el Channel 7 australiano, quien le preguntó a Djokovic tras avanzar a los cuartos de final del Abierto de Australia si tenía alguna imitación preparada del tres veces campeón de Wimbledon. Djokovic se hizo rogar menos de un segundo y, tras penar por encontrar una pelota –-los ball boys, ya fuera del estadio, se habían llevado todas–, enseguida se puso manos a la obra con una imitación en la que exageró en forma grotesca los típicos movimientos del ex jugador a la hora de sacar.

“Hay que darle crédito. Se estira, se esfuerza, pese a que casi no puede caminar por los problemas de espalda, y me dijo que vamos a jugar en Miami”, dijo Djokovic, mientras Becker reía en la tribuna. “No puedo esperar a jugar en Miami y a las devoluciones ganadoras que le voy a hacer a tu servicio”, lanzó el serbio al ex número uno del mundo, visiblemente más delgado que hace unos meses y que en los últimos días no dejó de reír ante las chanzas del cuatro veces campeón del Abierto de Australia.

La aparición de Becker como entrenador de Djokovic es sólo un aspecto del “revival ochentoso” que está experimentando el tenis masculino, ya que a la dupla del estadounidense Ivan Lendl con el británico Andy Murray se le sumó recientemente la del sueco Stefan Edberg con el suizo Roger Federer. Mientras Lendl y Murray comparten el gusto por el humor seco, Edberg y Federer parecen haberse puesto de acuerdo en la broma amable y la actitud caballerosa. En ese contexto, la de Becker y Djokovic aparece como la dupla con más potencial explosivo. No conforme con la actuación televisiva, Djokovic continuó en la sala de prensa con las ironías hacia Becker, que a los 46 años está viviendo su primera experiencia como entrenador.

“Vi en su cara la reacción. La primera impresión, cuando hice todos esos servicios, fue que estaba feliz y aplaudía. Pero cuando dije que tiene problemas en la espalda y todo eso, no estaba feliz en absoluto... Estaba molesto”, dijo sonriente el serbio. “Pero no, se trata todo de reírse. Es realmente la primera vez en mucho tiempo que hago una imitación de Becker. No sé cómo fue, ¿estuvo bien? Voy a tener que ganar algunos kilos y teñirme el pelo para hacer una imitación correcta de Becker”, continuó entre risas.

Becker fue escueto cuando la agencia DPA le preguntó por la imitación de su pupilo –“no estuvo mal”–, pero se extendió más en una entrevista con el canal australiano Fox Sports: “Mientras siga ganando, que haga estas imitaciones”.