“No salieron las cosas como yo pensaba –reconoció el cabizbajo Everardo Morales al salir del Luna Park–. Le echamos las ganas, pero no se pudo. Narváez salió muy rápido y no lo encontré nunca. Me desconectó de repente, que no me di cuenta cuando me prendió y se terminó la pelea.”
El mexicano no supo explicar cuál fue la causa de la derrota. “No sé si fue la confianza o me pasé de entrenamiento, no sé qué pasó ahí. La cuestión es que perdí y ni que hablar”, aceptó el retador mosca.
Para el manager de Morales, Ricardo Maldonado Jr., su boxeador no estaba en las condiciones ideales para afrontar el combate. “Sin quitarle méritos a Narváez que hizo una pelea muy inteligente, creo que Morales no traía la coordinación psicomotriz que tiene que tener un boxeador antes de una pelea –señaló Maldonado Jr.–. Su mente mandaba una cosa y su cuerpo no le respondía. Se pudo observar una preparación mal hecha, ya que estaba cansado, sin reflejos, sin fuerza ni potencia”, lo criticó el manejador, antes de elogiar al púgil chubutense. “La velocidad y el oportunismo de Narváez fueron sus principales cartas para el triunfo. Ojalá que el argentino siga en esta ruta.”
Para el jurado brasileño de la pelea, Daniel Fuchs, “Narváez dejó la impresión de ser un campeón de fuste. El mexicano se sorprendió porque quizá pensó en una pelea más tranquila para él”.