OPINION
La hacen de goma
› Por Pablo Vignone
Dos Grands Prix son pocos para sacar conclusiones acerca de lo que va a suceder en los 15 restantes, pero los fanáticos de la Fórmula 1 pueden sentirse esperanzados con lo que se ha visto. Porque si Australia prometía una cabalgata insufrible de Michael Schumacher hacia su quinto título mundial –y el record de Fangio–, la carrera de ayer en Malasia le pone un par de puntos suspensivos al discurso dominante.
Estaba cortada la cadena de pagos por responsabilidades en manejo temerario, y justo la rehabilitaron cuando pasaba Montoya: ¿habría ganado el colombiano en caso contrario? Probablemente. Pero lo que hay que mirar es otro detalle. Williams es un equipo de, eventualmente, dos pilotos, siempre que JPM y Ralf Schumacher no disputen innecesariamente en público; Ferrari es un equipo unidireccional, donde todo apunta a Schumacher grande. Si éste se pincha por alguna circunstancia –aunque sus pinchaduras nunca vayan más allá del escalón más bajo del podio–, no hay recambio, porque Rubens Barrichello está tan relegado que aun hasta lo imposible (que se rompa en carrera un motor Ferrari 050, acaso el más fiable de toda la historia de la F-1) le sucede solamente a él. Por eso, ahora Williams, y no Ferrari, lidera la Copa de Constructores.
Eso será así mientras haya mucho, mucho calor, y no llueva durante viernes y sábado. ¿Por qué? Porque esas son las condiciones que necesitan las gomas Michelin, que equipan a los coches ingleses, para estar a la altura de las Bridgestone japonesas que calzan a la Ferrari de Schumacher. Las gomas francesas precisan de 24 grados ambiente para arriba de temperatura para disponer su mejor grip; las niponas funcionan mucho mejor por debajo de los 20 grados (como pasó en Australia); las Michelin, además, necesitan 10 a 15 vueltas de uso para funcionar bien: para eso, los pilotos precisan hacerlas girar los días previos para dejarlas listas para la carrera. Acaso son demasiadas concesiones, pero así está planteada la lucha. Que es bidireccional: McLaren perdió la brújula, definitivamente. El motor Mercedes pierde con respecto a sus competidores, y si David Coulthard creía que éste era su año, con Mika Hakkinen afuera, que se olvide. Ya está 14 puntos detrás de Schumacher. ¿Cómo piensa que podrá descontarlos?
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